El próximo 2 de junio se cumplirán 20 años del primer ascenso del Lucentum a la ACB. Aquel día había más de 5.000 personas en el Pedro Ferrándiz. Nunca ha habido tanta gente en el recinto alicantino. Era el quinto partido de la decisiva eliminatoria por el ascenso. En la pista, el Lucentum, y el Caprabo Lleida. Ambos en su versión anterior antes de refundarse. El conjunto entonces entrenado por Andreu Casadevall se impuso al catalán tras una exhibición de triples de David Gil, el héroe de aquel partido. Fue el primer ascenso del Lucentum y esa eliminatoria ha pasado a la historia. Desde entonces los duelos ante el Lleida siempre quedan enmarcados en un halo de nostalgia. Nadie puede olvidar aquellos enfrentamientos ni sobre todo la alegría de una afición que comenzó a engancharse al baloncesto en la ciudad.
HLA y Lleida disputan hoy un duelo en Alicante entre dos equipos con trayectorias muy distintas. Mientras los de Pedro Rivero buscan la octava victoria consecutiva y hacerse un hueco en el «play off» por el ascenso, los de Gustavo Aranzana luchan para huir del peligro. Ganaron a los lucentinos en el partido de la primera vuelta, pero cayeron en barrena y su situación es complicada con la amenaza del descenso.
El HLA no sabe lo que es perder desde que comenzó 2020. Es el único entre todos los equipos que compiten en ACB, LEB Oro y Plata. Una auténtica gesta la que está protagonizando el equipo alicantino que ha conseguido volver a atraer a la afición al pabellón lucentino.
Pedro Rivero, gran artífice de los éxitos, no quiere hablar ni de permanencia, ni de play off ni de las siete victorias consecutivas que lleva el equipo. Solo de un partido. El de esta noche. «Suena mucho la cifra de poder conseguir la octava victoria consecutiva, pero es un partido más. No lo contaríamos así si la conseguimos, pero es un partido importante que nos hemos puesto como objetivo», señaló el técnico del HLA. Rivero espera «un Lleida superduro». «Desde la llegada del nuevo entrenador han simplificado cosas. Son muy intensos, con una rotación corta pero agresiva. En casa tenemos muchas armas y esperemos contrarrestarles», afirmó el técnico, que ve muy bien físicamente al equipo. «Está en un punto buenísimo. En algún momento imagino que nos vendrá algún bajón. Es cierto que cuando ha habido alguna lesión se resiente la gente pero no tenemos por qué no estar bien hasta el final», concluye Pedro Rivero.
