La historia de Ángel Lázaro Bashile es un viaje sin billete de vuelta ni destino, una huida hacia adelante, un salto al vacío. Es la historia de un culo inquieto, de un futbolista, de un emprendedor, de un sintecho, de un barman, de un hijo, de un hombre que habla siete idiomas, de un soñador. Todo ello condensado en 38 años, en varios continentes y en una mirada que atraviesa fronteras.

Bashile, junto a Bordalás, en el Alicante CF

Bashile, integrante del exitoso Alicante que Antonio Solana y Pepe Bordalás situaron en el mapa futbolístico nacional, decidió colgar las botas a los 23 años y embarcarse en una vida de mochila a la espalda y sueños por cumplir. Tocó la cima y tocó el infierno. Hoy está sin hogar y ha pasado los últimos meses durmiendo en la estación de autobuses de Zúrich o en el bosque. Aunque él le resta hierro al asunto. Ahora, de vuelta a Alicante en un viaje sin dinero en los bolsillos, tiene varios proyectos entre manos. El más ambicioso, crear una marca deportiva sostenible en África, que dé trabajo y oportunidades a los refugiados y que no explote a los trabajadores. Un proyecto social llamado Force4Africa en el que cualquier ayuda es poca.

Bashile, de padre español y madre congoleña, nació en 1981 Kinsasa, capital por entonces del desaparecido Zaire, antes de que la guerra arrasara la vida de cientos de miles de personas. Su padre fue un español que emigró en los años sesenta a Bélgica y que terminó en África con un puesto de prestigio en unas minas de coltán. Allí conoció a una mujer y allí nació Ángel. Cuando él apenas tenía cinco años, su familia llegó a Alicante y pronto comenzó a despuntar en el mundo del fútbol. Pasó por la cantera del Hércules y después por la del Alicante. El club de Villafranqueza le acogió con los brazos abiertos y fue escalando peldaños hasta que Pepe Bordalás, el técnico de moda del fútbol español, decidió darle la alternativa.

El hispano-congoleño fue uno de los fijos en la 2000-01, el año del ascenso a Segunda División B, categoría en la que jugaría las dos siguientes temporadas. «Yo era defensa central, pero Bordalás me puso de lateral derecho», explica Bashile, que se mantiene en plena forma pese a que abandonó el fútbol en 2004, con apenas 23 años. «Mi negrito no pone ni una bien, pero es que si las pusiera sería una estrella», repetía con ironía Bordalás en la banda de Villafranqueza y el Rico Pérez. Hoy Bashile lo recuerda con mucho cariño, como también a Solana, el presidente que cambió el destino del Alicante, y a Asier Garitano, compañero de equipo y hoy también entrenador de primer nivel.

Retirada

Tras marcharse del equipo celeste, se fue a París, donde estuvo a prueba en un equipo de Segunda División pero decidió colgar las botas. «Quise probar otras vidas, fui barman, trabajé en hoteles de cinco estrellas y cada seis meses cambiaba de ciudad», cuenta Bashile. Después de tanto bandazo, se estableció hace 10 años en Zúrich, donde montó un gimnasio que tuvo una excepcional acogida, el Ghetto Gym. Tras una década en Suiza, no le renovaron el permiso y le denegaron los papeles por una lesión en la mano que le imposibilitó trabajar y cotizar durante unos meses. No se rindió.

Tras una etapa viviendo con lo mínimo (una tienda de campaña y un hogar ambulante), quiere volver a pegar un brinco. Está inmerso en un proyecto social para apoyar los movimientos migratorios y potenciar un desarrollo industrial sostenible en África. «Quiero crear una marca deportiva 100% africana, que sea sostenible, que dé trabajo y oportunidades a la gente de allí y que no explote», cuenta Bashile.

Sus estudios en Administración de Empresas le ayudan a adentrarse en un mundo en el que ya lleva camino hecho. Es un emprendedor con todas las de la ley. Para dar visibilidad al proyecto y crear conciencia de marca, su trabajo más inminente es producir un documental sobre los atletas que competirán en Tokio 2020 bajo la bandera de los refugiados. «Será un reportaje para conocer sus historias de superación, de conoración hacia la libertad, nada de dramatismos». Como la vida de Bashile, que nada tiene y todo da.

«Adventure to dress», un reportaje sobre los atletas refugiados

El proyecto más inminente de Ángel Bashile es la producción del documental «Adventure to dress», en el que dará a conocer las historias de los atletas que acudirán el próximo verano a los Juegos Olímpicos a competir bajo la bandera de los refugiados. «Queremos enseñar cuál es su historia, su camino hacia la libertad a través del deporte», cuenta Bashile. El exfutbolista del Alicante ya va dando forma a su proyecto Force4Africa y ha contactado con diversos diseñadores para dar forma a su marca deportiva netamente africana. Además, quiere fundar un partido político.