El HLA Alicante agota los calificativos en una temporada descomunal. El conjunto de Pedro Rivero es el único que no ha perdido en 2020 y acumula siete victorias consecutivas, sumando ya 14. Números de alto nivel para el cuarto clasificado de la LEB Oro, algo fuera de lo común para un recién ascendido que se marcó la permanencia como meta para consolidar el proyecto. Con la salvación ya conseguida, el HLA entra de lleno en la lucha por el «play-off» por el ascenso, un nuevo objetivo ambicioso pero que el equipo alicantino tiene al alcance de la mano.
Según el promedio de las tres últimas temporadas, el Lucentum solo necesitaría tres victorias más para garantizarse las eliminatorias por el ascenso a la ACB. A falta de 12 encuentros por disputarse, solo una debacle dejaría a los lucentinos fuera del «play-off», aunque es posible que necesite alguna victoria más. La temporada pasada el Palencia tuvo que conseguir 19 victorias para certificar su billete en un año de gran exigencia. Nada que ver con la campaña 17-18 en la que el Valladolid acabó noveno con solo 15 triunfos. El Ourense no lo tuvo tan fácil la temporada 16/17 y con 18 victorias jugó el «play-off». Antes la LEB Oro la jugaban 16 equipos, con lo que las estadísticas de antes de 2016 no son relevantes.
A tenor de los datos, los de Pedro Rivero están en disposición de clasificarse para las eliminatorias, un premio que disputan los clasificados desde el segundo puesto hasta el noveno, ya que el primero asciende directamente. El «play-off» se disputa al mejor de cinco partidos y los cuatro ganadores se jugarán la otra plaza en una Final Four con sede todavía por designar.
Pero la ambición del Lucentum no tiene límites y ahora mismo el equipo con su cuarto puesto en la clasificación jugaría la eliminatoria con el factor cancha a favor, dos partidos mínimo en el Pedro Ferrándiz. Según las estadísticas de las últimas tres temporadas, el HLA necesitaría siete victorias más en los 12 partidos que quedan de competición regular. Palabras mayores para los lucentinos y un objetivo verdaderamente complicado para un equipo que fue creado para luchar por la permanencia. Con 21 victorias jugó el Melilla los dos últimos años el «play off» con el factor cancha a favor, mientras que en la temporada 16/17 fue el Palencia el que lo consiguió como quinto clasificado con 22 victorias. A priori es un objetivo de extrema dificultad y todo dependerá de lo que resista la capacidad física de la plantilla.
Tras el parón del pasado fin de semana, la competición se retoma con el partido de este viernes entre el HLA Alicante y el Lleida en el Pedro Ferrándiz (20.45). El conjunto de Pedro Rivero buscará la octava victoria consecutiva ante un rival que ganó a los alicantinos en el partido de la primera vuelta.
El descanso ha permitido a Patrick Onwenu recuperarse de su lesión y estará disponible para el encuentro. El alero es uno de los jugadores más en forma del equipo y su rendimiento ha ido de menos a más.
El HLA es un equipo con hambre. La que se encarga de transmitir el técnico lucentino diariamente con una plantilla que además es ambiciosa por naturaleza. No hay rival que tenga las cosas fáciles para superar al Lucentum, especialmente si se juega en Alicante donde el equipo alicantino solo perdió tres partidos en 2019. 2020 va por el mismo camino, con la diferencia de que se trata de una categoría superior. De momento, desde que comenzó el año el conjunto de Pedro Rivero ha ganado todos los encuentros disputados tanto fuera como en casa. La afición ha ido creciendo conforme ha ido avanzando el año, de forma que en LEB Oro ya son más de 3.500 espectadores los que acuden de forma habitual a los partidos. La peña Kali Nord sigue siendo el motor de la afición pero ya se ha unido mucha más gente, con lo que el Pedro Ferrándiz se ha convertido en uno de los pabellones con más seguidores.
