Volver, pero solo de memoria. Sin prisa, aplicando la dosis justa de melancolía, la que te mantiene con vida, la que te recuerda lo que fuiste y lo que quieres llegar a ser si no dejas que te llenen la cabeza de mariposas. Lucentum y Breogán, dos marcas con sabor añejo, con gusto a días grandes, arrastran el peso de un pasado tormentoso mientras construyen un presente prometedor.

El HLA Alicante regresa al CT esta noche (20.45 horas) para refrendar una dinámica impecable que le ha llevado a sumar cinco victorias consecutivas, la última, hace cinco días, en la cancha del Mallorca, claro aspirante al ascenso y segundo clasificado antes del paso de los alicantinos por la isla.

El rodillo de Rivero, fundamentado en una tensión defensiva regular, sin picos reseñables de desinterés; en un ritmo anotador equilibrado y repartido; y en una dirección canónica desde el puesto de uno, con un Pedro Llompart clarividente, deja escaso margen a la improvisación fuera del talento ofensivo individual de hombres determinantes en ataque como Bamba Fall y Justin Pitts.

La energía que proyectaba Rivero como base la traslada ahora a la cancha como entrenador, algo que escrito puede resultar muy fácil, pero que llevaarlo a la práctica resulta bastante complejo. El técnico crece con el equipo, y lo hace aplicando un baloncesto de campo abierto y excelente selecciones de tiro. Tanto es así, que resulta muy sorprendente haberlo conseguido como bloque recién ascendido.

Sin la presión que genera el oropel de la ACB, consciente de su realidad, el HLA sigue dando pasos firmes, sin atropellarse, confiando en su momento, aguardando a certificar de forma matemática la permanencia para plantearse no renunciar a algo más.

Lucentum y Breogán son herederos de muchas cosas y solo el que sea capaz de no olvidar, logrará volver al selecto club de la ACB. Los gallegos, mermados por las bajas, llegan al CT con la moral que te da ganar un encuentro con final de infarto tras una remontada épica frente a Palencia (75-74) y parapetado en la seguridad de su amenaza exterior, encarnada en un Salva Arco en ebullición y un Christian Díaz asumiendo mucho balón.

Rivero prefiere no ver a Breogán como un cúmulo bien pagado de individualidades. «Si nos preocupamos solo de dos jugadores nos van a hacer el roto por otro lado», explica el preparador segoviano. «Breogán ha tenido problemas de lesiones, pero es un gran equipo con una plantilla profunda», reiteró el entrenador lucentino.

El Leche Río ha sido capaz de sumar tres triunfos en sus cinco salidas, lo que da una muestra de su potencial. El CT, que espera una entrada a la altura del recuerdo que provoca el cara a cara de estos dos históricos del bàsquet nacional, está listo para revivir un duelo de rivalidad entre un favorito al ascenso y un aspirante a serlo... si le dejan.