Pitts. Siempre Pitts. El base del HLA Alicante volvió a llevar el delirio al Pedro Ferrándiz con una actuación prodigiosa. 29 puntos y los dos últimos a falta de 3 segundos que dejaban el partido casi sentenciado tras una extenuante pelea en Alicante. La última jugada fue para el Melilla, pero la defensa lucentina no permitió siquiera que el rival lanzara y acabó perdiendo el balón dejando que Chumi Ortega anotara con sumo placer para finiquitar el duelo. Los de Pedro Rivero firman de esta forma su cuarta victoria consecutiva y la undécima de la temporada, dejando sellada prácticamente la permanencia y metiéndose de lleno en la lucha por el «play off» por el ascenso.
El encuentro fue una lucha de poder a poder entre dos equipos que gozaron de dominios alternos. El HLA consiguió la victoria pese a su horroroso partido en el rebote (45 capturas para el Melilla por 24 de los alicantinos). Ni así pudo el Melilla con el equipo revelación de la temporada que en el Ferrándiz solo ha perdido dos veces. El equipo que ha modelado Pedro Rivero es una máquina de desquiciar a los rivales, de ahogarles sin dejarles pensar con un elenco de jugadores a cada cual más efectivo.
La igualdad fue máxima en el partido. Ganó el que tenía a Pitts. 29 puntos, 5 asistencias, 4 triples, 28 de valoración. El base estadounidense es una joya. Baila a sus rivales, se fabrica sus tiros y rompe las defensas con una impresionante capacidad para deslizarse entre ellas. El equipo luchó como siempre. Todos aportaron, pero en el caso de Pitts se trata del elemento diferenciador que decide los partidos. Será muy complicado que se pueda quedar una temporada más, pero el estadounidense se ha ganado un sitio de honor en la historia del Lucentum. Fue clave en la Copa de LEB Plata, vital en el ascenso y fundamental no solo para lograr la permanencia, sino para que el HLA aparezca entre los candidatos a jugar el «play off» en su reestreno en la categoría. Máximos elogios para el base, sin dejar de lado la lucha interminable de todo el equipo. Busquets da un salto de calidad al equipo junto a un Fall que ayer encontró más obstáculos en su camino pero que no evitó que firmara sus clásicos números: 9 puntos, 9 rebotes y 18 de valoración.
El partido se allanó cuando Agada, la estrella del Melilla, se gana una técnica por protestar. Quedaban 2 minutos y 15 segundos y el marcador era 58-57. Imperdonable para uno de los mejores jugadores de la categoría en un momento crucial. Permitir que Pitts lanzara tres tiros libres tal y como venía fue un error del rival que aprovechó el HLA Alicante para poner tierra de por medio (61-57). Pero ni mucho menos había nada hecho y el Melilla volvió a la carga (61-61) a falta de 22 segundos. Balón a Pitts que él solo se fabrica la jugada y acaba anotando. Apoteosis en el Pedro Ferrándiz y undécima victoria.
El encuentro fue de gran igualdad marcado por la gran diferencia en el rebote, sobre todo el ofensivo. El Melilla había capturado al descanso 18 ofensivos, una barbaridad. Si la lógica hubiera imperado el HLA, debería haber ido perdiendo de paliza. Y nada de eso. El duelo llegó al final del segundo cuarto con un ajustadísimo 31-32 con una acción de Pitts en el último segundo, algo que se repitió en el tercer y en el último cuarto. El arranque del encuentro no fue brillante para ninguno de los equipos. El Melilla ganaba con autoridad el rebote pero sin que esas segundas y terceras opciones acabaran en canasta gracias a la defensa lucentina. A Fall le costó entrar en el partido.
El segundo cuarto tuvo dos parciales importantes, uno para cada equipo. 11-2 para el HLA y posteriormente un 0-9 para Melilla. El rival era de alta calidad, con lo que cualquier despiste se pagaba caro. El equipo de Rivero se puso por delante por primera vez (22-21) para seguidamente aumentar la ventaja (26-21). Pero estaba claro que el Melilla iba a dar guerra y por supuesto que no desconectó.
El tercer cuarto fue de pocos puntos. Máxima lucha entre dos equipos que defendían muy bien. La presencia de Fall fue fundamental en esta fase del partido para cerrar la zona. Siempre es una amenaza el pívot y Amadou Sidibe encontró mucha dificultad para mirar el aro. Ni el exjugador del HLA ni Agada, habituales en los puestos altos de las estadísticas, pudieron lucirse. El Lucentum es mucho Lucentum.
Y finalmente el último cuarto fue para Pitts. Él solo ganó el partido en los últimos diez minutos en los que Busquets también jugó un papel importante con un triple que levantó a los espectadores delos asientos. Era el triple que faltaba para dar un golpe sobre la mesa. Con 63-61 y 3 segundos por disputarse la posesión era para el Melilla. Galán intercepta el balón que acabó en las manos de Chumi Ortega para dar al HLA la victoria ante un rival que acumulaba seis triunfos seguidos. Muy grande.
