Comenzó a nadar por unos problemas en la espalda y años después entra en la historia como el primer español que posee el título de los «Siete Océanos», el más prestigioso del mundo en la natación en aguas abiertas. Al alicantino Jorge Crivillés no se le ha resistido ningún mar en este periplo que ha tenido que soportar bajas temperaturas, tiburones, fuertes corrientes y un sinfín de peligros que siempre deparan las aguas marinas.

A la segunda fue la vencida y el alicantino cruzó ayer el Estrecho de Cook, en Nueva Zelanda, y con ello inscribió su nombre junto al de otros 19 nadadores de todo el mundo que poseen el título de los «Siete Océanos».

El nadador del RC7 tardó en recorrer los casi 26 kilómetros que separan las dos principales islas de Nueva Zelanda nueve horas y tres minutos. «Lo he tenido que dar todo, creí que no lo iba a conseguir porque había fuertes corrientes, sobre todo la última hora», dijo el nadador, quien destacó las fuerzas de las corrientes y la temperatura del agua, a 13 grados, como los principales inconvenientes. «Iba bien aclimatado porque anteriormente había hecho el Canal del Norte y estaba preparado», señala el nadador.

Crivillés, que ha acabado dolorido por una lesión en el codo, dijo que la prueba se complicó «hasta el final» porque tuvo que hacer frente a «una mala mar».

«El viento racheado y constante ha sido lo peor» señala el nadador, quien ya había cubierto con éxito las travesías de Canal de Tsugaru en Japón, el Canal de Malokai en Hawai, Santa Catalina en Estados Unidos, el Canal de La Mancha y el pasado año el Canal del Norte entre Irlanda y Escocia y el Estrecho de Gibraltar.

El alicantino, de 48 años, tiene previsto regresar a Alicante el 2 de febrero y ha contado con el apoyo de la Fundación Asisa y de la de los pacientes de cáncer de GEPAC, a los que pretende dar visibilidad en cada una de sus aventuras en el mar.

En su reto para completar los «Siete Océanos», Jorge Crivillés ha contado con el respaldo de la Fundación ASISA. Este patrocinio se enmarca en los principios corporativos de ASISA, que, a través de las acciones de la Fundación , mantiene como una de sus señas de identidad más reconocibles un compromiso sólido con el mecenazgo y el patrocinio de multitud de actividades sociales, culturales y deportivas.

El nadador alicantino tiene motivos para estar feliz. Primer español en conseguir un desafío muy complicado y con un alto coste físico y económico. Ha tenido que hacer frente a una hipotermia que le hizo abandonar en su primer intento el Canal del Norte pero al segundo no se le resistió y lo completó. A Nueva Zelanda ha tenido que ir en dos ocasiones porque la primera vez no le dejaron lanzarse al mar por el tremendo temporal que azotaba la costa. Tenía claro que en enero lo iba a conseguir sí o sí y se reservó varias días para tener margen suficiente para realizarla por si se presentaba algún problema.

¿Y a partir de ahora, qué?

Después de completar estas siete pruebas lo normal es que aparezca un vacío en el horizonte. Pero no. Crivillés tiene claro que buscará nuevos desafíos en el mar. «Seguiré nadando y buscando nuevos retos. Lo tengo claro. De momento unos días de descanso para disfrutar de lo conseguido y ya nos pondremos a pensar en otras cosas», señala el nadador alicantino, que ha sido entrenador por el ilicitano José Luis Larrosa, quien le ha ido controlando cada uno de los entrenamientos e incluso le ha acompañado en alguna de las pruebas de los «Siete Oceános». Crivillés acabó eufórico el cruce del Estrecho de Cook tras más de nueve horas en el agua para certificar un título que solo poseen 20 nadadores en todo el mundo.