El Eldense, club decano de la provincia y casi centenario, se encuentra más desamparado que nunca como quedó patente en la pasada asamblea extraordinaria celebrada el miércoles con apenas una treintena de socios presentes. Resultó patético cuando desde la mesa que presidió la reunión se indicó la escasa ayuda del tejido empresarial y de la sociedad local, por lo que se solicitó que levantara la mano el que estuviera dispuesto a formar parte de una gestora o bien a colaborar con los actuales gestores para evitar la desaparición del club azulgrana fundado en 1921, y nadie se pronunció.

Ante la gravedad de la situación se aplicó el artículo 21 del reglamento de régimen interno del club, apartado 12, donde se especifica: En ausencia total de junta directiva o gestora, y en patente peligro de desaparición del club, cualquier socio y extraordinariamente cualquier socio de honor (solo tiene uno la entidad, Manuel Guill Gran) avalado por el cinco por ciento de socios, podrá constituir una junta de salvación, con las mismas obligaciones y facultades que la junta gestora”.

En ese instante, una de las personas presentes en la asamblea propuso que los dirigentes que dimitieron “irrevocablemente” el 23 de diciembre y que han estado al frente del Eldense para atender las necesidades de la entidad, terminaran de irse para que el vacío de poder fuera real, a lo que se opusieron los directivos: “No podemos abandonar el club”, dijo David Aguilar, el último presidente azulgrana y el cual sigue como tal pero al frente de una junta de salvación, que si se consolida el ajuste salarial que están proponiendo individualmente a jugadores y cuerpo técnico del Eldense seguirán al frente del club como máximo durante seis meses.

Por otro lado, hoy se ha celebrado en Alicante el acto de conciliación por la demanda interpuesta contra el Eldense por parte de Juan Luis Sukunza, fisioterapeuta azulgrana. El referido acto no se ha podido celebrar por un mal entendido del club que ha llegado tarde al mismo, aunque ambas partes han mantenido una reunión para buscar un principio de acuerdo y finiquitar los honorarios de Sukunza en tres plazos, cuyas fechas y cantidades deberán ser rubricadas en su momento.