La selección española de balonmano se allanó el camino a las semifinales del Europeo de Suecia, Austria y Noruega, tras imponerse ayer por un contundente 33-26 a Alemania, en un encuentro en el que los Hispanos exhibieron los inagotables recursos que poseen tanto en defensa como en ataque.

«Es curioso que un partido que se disputa cuando casi acaba de empezar el campeonato pueda marcar ya el torneo», reflexionaba en la previa el internacional español Joan Cañellas. Una trascendencia que pareció maniatar de inicio a los jugadores de ambos equipos, que conscientes de todo lo que había en juego, se mostraron especialmente erráticos. Pero con una diferencia, ya que mientras los Hispanos parecían tener muy claro qué es lo que tenían que hacer para decantar el encuentro a su favor, los jugadores germanos se mostraban desconcertados ante la defensa española 5-1.

Dio igual que estuviera el impetuoso Maqueda, o los más talentosos Dani Sarmiento o Alex Dujshebaev, España siempre dotó a su juego ofensivo de la fluidez necesario para encontrar el jugador mejor situado para marcar.

La selección desplegó una variedad de recursos que le permitió alcanzar una máxima renta de diez tantos (29-19) a nueve minutos para el final, con la que los Hispanos ya dieron por cerrado el duelo como confirmó el más ajustado 33-26 final.