El campo de Los Arcos dispondrá de las gradas supletorias, que sustituyen a las derruidas por los daños de las inundaciones del pasado mes de septiembre, a tiempo para el partido de la Copa del Rey frente al Villarreal.

Las gestiones para la colocación definitiva de esos graderíos que debían pagarse con la ayuda prometida por la Federación apenas han avanzado y resultaba imposible que estuvieran disponibles para el partido del sábado (21 horas). Ante esta situación y para evitar que el encuentro se tuviese que trasladar a otra ciudad, el club escorpión ha cogido el toro por los cuernos y ha dado un paso definitivo que permitirá a todos los aficionados disfrutar del encuentro ante un rival de Primera División sin moverse de Orihuela. La entidad ha tomado la decisión de alquilar y pagar de sus fondos las gradas supletorias que estarán colocadas para el sábado.

Además, no solo se pondrán estos asientos portátiles en la grada de Preferencia baja. También se instalarán detrás de la portería en el fondo que da al río.

El club de la Vega Baja va a desembolsar unos 70.000 euros para que todo esté en condiciones de cara a un histórico partido del que se espera recaudar unos 60.000 euros. Ello significa que el Orihuela no ganará un dinero extra de una eliminatoria que estaba destinada para ello, pero sí podrá dar cabida a los mil seguidores de Villarreal que ya han solicitado entradas y a todos los aficionados de la Vega Baja.

Con la instalación de las nuevas gradas supletorias, Los Arcos tendrá una capacidad máxima de 4.000 espectadores, teniendo en cuenta que se dejan los pasillos y las distancias entre butacas que se exigen como medidas de seguridad. Tras el derribo de la grada baja de Preferencia afectada por la DANA y el cierre de las gradas altas de esa zona, a las que era imposible acceder, el aforo quedó reducido a 1.500 plazas.

Los nuevos asientos que se van a instalar suman 1.500, a los que se les une los 1.000 que tienen las gradas altas de preferencia a las que ya se podrá acceder, alcanzando 4.000 plazas que se prevé se cubran en la eliminatoria frente al Villarreal.

El desembolso económico es un imprevisto que no se esperaba y máxime cuando se trata únicamente del alquiler por un periodo de un mes. Transcurrido ese tiempo, se desinstalarán y el campo volverá a encontrarse con el aforo reducido. «No hemos tenido más remedio que hacerlo ante la falta de respuesta de la Federación y la necesidad de contar con un aforo en condiciones para un partido con un gran atractivo y expectación», lamenta el presidente del club, Antonio Felices.