Con 33 años ha completado una de sus mejores temporadas. ¿Hasta cuándo se ve jugando?

Hasta que la cabeza me dé para poder mantener la pasión por lo que hago. Creo que es más fácil que la cabeza se mantenga con la ilusión si el cuerpo te responde. Si el cuerpo no te deja competir en libertad porque tienes más dolor de la cuenta, es ley de vida y las cosas necesitan acabar.

Porque el aficionado de a pie se lo pregunta. ¿Hasta cuándo hay Nadal tenista?

No creo ni que sea bueno pensarlo más de la cuenta. Tampoco tengo ningún miedo. No está planificado. Cuando llegue el momento lo sabré y se hará. Será un cambio en mi vida, pero tengo otras cosas que me hacen feliz para no tener miedo a la retirada.

¿El momento de la retirada llegará cuando deje de ganar?

Cuando no sea feliz haciendo lo que hago. No es solo un tema de ganar o perder. Cuando a uno le gusta lo que hace es igual si tiene más o menos éxito. Uno no disfruta cuando tiene más dolor de la cuenta o cuando ya no tiene la ilusión para hacer lo que hace.

Con 19 Grand Slam y 84 títulos en su palmarés, ¿qué le motiva a seguir? Djokovic no ocultó que lo que más le mueve es acabar como el tenista con más Grand Slam. ¿Usted también?

R Federer tiene 20, yo 19 y Djokovic 16. Me gustaría acabar como el que más ha ganado, pero no es una obsesión. He intentado hacer mi camino para darme opciones de competir el máximo tiempo posible. La ambición sana es buena, la desmesurada es mala, como todo en la vida, porque puede provocar frustraciones, envidias e infelicidad. Tengo presente que soy un gran afortunado. Si ellos acaban con más títulos será porque habrán sido mejores. Uno no se puede frustrar porque el vecino tiene una casa más grande que la tuya o un móvil más bueno. Estoy satisfecho porque me he esforzado por lograr lo que he logrado.

P El primer grande es Australia, donde ha ganado una vez y perdido cuatro finales. ¿Tiene una espina clavada con este torneo?

R No soy mucho de tener espinas clavadas. Las cosas pasan. Me dicen que Australia me debe una. El deporte no debe nada a nadie. En Australia es verdad que por un motivo u otro solo he ganado una vez. No he tenido suerte porque me he lesionado más veces que en los otros torneos. El año pasado me lesioné ante Cilic, otro ante David Ferrer, en la final contra Wawrinka, contra Murray. Fácilmente me he perdido seis Open de Australia por lesión.

P Ha dicho que las piernas no son las mismas que hace diez años y que toca reinventarse. ¿Qué va a hacer diferente para seguir siendo competitivo?

R La reinvención es continua, es buscar soluciones a los problemas que se presentan a nivel de rivales y físicos. He tenido que superar problemas físicos durante muchos años. Primero me rompí el escafoides por la mitad, tuve que jugar con unas plantillas muy agresivas, problemas en diferentes sitios del cuerpo, problemas de rodilla, de muñeca, y para seguir siendo competitivo uno ha de buscar soluciones tenísticas. Todo ha de estar muy organizado porque sé que no tengo mucho margen de maniobra.

P Su revés ha evolucionado en tierra y pierde menos pista.

R Para todo, no solo en tierra. Me ves jugar ahora y hace diez años y verás muchas cosas diferentes. Hay cosas de base que no se pueden cambiar, pero otras sí, como mi posición en la pista, en mi forma de sacar, subo más a la red que antes, para buscar soluciones.

P ¿Qué influencia tiene Carlos Moyá en los cambios? ¿Es más entrenador o amigo?

R Cuando es amigo es amigo y cuando es entrenador, entrenador. Las relaciones personales no las separo de las profesionales. Carlos me ha aportado una forma de trabajar diferente. Me ha ayudado de forma decisiva a poder seguir estando donde estoy.

P Si su tío no hubiera dado el paso atrás, ¿seguiría siendo su entrenador?

R Seguro.

P ¿Cómo se produjo el cambio en la temporada de tierra? Hasta Roma, por primera vez en su carrera, no ganó ningún título en esta superficie. Y Roma fue el punto de inflexión para ganar su duodécimo Roland Garros.

R Yo creo que el punto de inflexión fue Barcelona, no Roma. No había ganado Barcelona ni Madrid, pero ya me sentí bien. Vengo de un año 2018 muy bueno, pero de los nueve torneos que participo, solo acabo siete. Me retiro de Australia y Estados Unidos y acabo con una operación en el pie a final de año. Empiezo 2019 con un problema de cuádriceps en Australia, en Acapulco me lesiono la mano y luego en Indian Wells. Barcelona fue un punto de inflexión en el que necesitaba parar una temporada o hacer un cambio. Se decidió no dejarse ir y hubo un cambio de chip. Tuve mejores sensaciones y gané Roma, Roland Garros, semifinal en Wimbledon, gané Montreal, Estados Unidos y Copa Davis, y luego me casé. Ha sido un muy buen final de año.

P Fue un comienzo de temporada difícil. Después de la final de Australia, se retira en las semifinales de Indian Wells por una lesión en el tendón rotuliano. Dijo estar cansado de tener dolor, y no solo jugando al tenis.

R Uno se cansa de tener dolor, es una realidad. Hay épocas mejores y peores y cuando lo digo es porque vengo de una época muy mala. No me gusta quejarme, pero no podía más.

P ¿El dolor se aguanta peor ahora que con 19 años?

R Lo que pasa es que con 33 tengo más dolor que con 20 (ríe).

P ¿Las derrotas se aceptan mejor ahora que cuando empezaba o perder siempre duele?

R Siempre las acepto bien. No quedo destrozado tras una derrota ni estoy en una nube después de ganar. Soy emocionalmente estable. Ni cuando las cosas van bien todo es increíble y cuando van mal todo es dramático. Esta estabilidad me permite ver las cosas con tranquilidad y perspectiva. No quiero que las emociones me hagan ver las cosas de una manera distorsionada.

P Dijo el año pasado que no cambiaba ninguno de sus títulos de Roland Garros

R No cambiaría ni un Roland Garros por tener otro Wimbledon. Ganar 12 veces es muy especial. Si lo he conseguido yo, que soy normal, lo puede conseguir otro, pero hay que ser consciente de que es un número muy difícil y es probable que me vaya de este mundo sin haber visto que me superen. Es la sensación interior personal, y la sensación de ganar Roland Garros es muy especial.