El tenista manacorí Rafa Nadal ha repasado la actualidad de su carrera deportiva en una entrevista concedida a Diario de Mallorca donde habla del pasado, presente y futuro de su carrera.

- Con 33 años ha completado una de las mejores temporadas de su carrera. ¿Hasta cuándo se ve jugando?

- No lo sé. No se puede prever. Me veo jugando hasta que la cabeza me dé para poder mantener la pasión por lo que hago. También es verdad que creo que es más fácil que la cabeza se mantenga con la ilusión si el cuerpo te responde. Si el cuerpo no te deja competir en libertad porque tienes más dolor de la cuenta, es ley de vida y las cosas necesitan acabar.

-Porque el aficionado de a pie se lo pregunta. ¿Hasta cuándo hay Nadal tenista?

- No se puede saber. No creo ni que sea bueno pensarlo más de la cuenta. Tampoco tengo ningún miedo. No está planificado. Cuando llegue el momento lo sabré y se hará. Cuando pase será un cambio en mi vida, pero tengo otras cosas que me hacen feliz para no tener miedo a la retirada.

- ¿El momento de la retirada puede producirse cuando deje de ganar?

- Cuando no sea feliz haciendo lo que hago. No es solo un tema de ganar o perder. Cuando a uno le gusta lo que hace es igual si tiene más o menos éxito. Uno no disfruta cuando tiene más dolor de la cuenta o cuando ya no tiene la ilusión para hacer lo que está haciendo.

- Con 19 títulos de Grand Slam y 84 títulos en su palmarés, ¿qué le motiva a seguir? Djokovic no ocultó que lo que más le mueve es acabar como el tenista con más Grand Slam. ¿Usted también?

- A día de hoy estamos en la situación que estamos. Federer tiene 20, yo 19 y Djokovic 16. Me gustaría acabar como el que más títulos ha ganado, pero no es una obsesión. He intentado hacer mi camino para darme opciones de competir el máximo tiempo posible. La ambición sana es buena, la desmesurada es mala, como todo en la vida, porque puede provocar frustraciones, envidias e infelicidad. Tengo presente que soy un gran afortunado. Si ellos acaban con más títulos será porque habrán sido mejores. Uno no se puede frustrar porque el vecino tiene una casa más grande que la tuya o un móvil más bueno que el tuyo. Estoy satisfecho porque me he esforzado por conseguir lo que he logrado.

- ¿Se afronta de diferente manera uno de los cuatro grandes que un Master 1.000? ¿La ambición es la misma?

- A nivel de intensidad sí, pero un Gran Slam es a cinco sets, con un día de descanso entre partido y partido. A nivel de vivirlo hay unas cuantas diferencias.

- El primer grande es Australia, donde ha ganado una vez y ha perdido cuatro finales. ¿Tiene una espina clavada con este torneo?

- No soy mucho de tener espinas clavadas. Las cosas pasan y pasan. Me dicen que Australia me debe una. El deporte no debe nada a nadie. En Australia es verdad que por un motivo u otro solo he ganado uno. No he tenido suerte porque me he lesionado más veces que en los otros torneos. El año pasado me lesioné ante Cilic, otro ante David Ferrer, en la final contra Wawrinka, contra Murray. Fácilmente me he perdido seis Open de Australia por lesión.

- Ha dicho repetidas veces que las piernas no son las mismas que hace diez años y que toca reinventarse. ¿Qué va a hacer diferente con respecto a la temporada pasada para seguir siendo competitivo?

- La reinvención es continua, es buscar soluciones a los problemas que se presentan a nivel de rivales y físicos. He tenido que superar problemas físicos durante muchos años. Primero me rompí el escafoides por la mitad, tuve que jugar con unas plantillas muy agresivas, problemas en diferentes sitios del cuerpo, problemas de rodilla, de muñeca, y para seguir siendo competitivo uno ha de buscar soluciones tenísticas. Todo ha de estar muy organizado porque sé que no tengo mucho margen de maniobra. Yo sé que no puedo jugar 25 torneos.

- Decía después de ganar el pasado mes de junio en Roland Garros que en tierra tiene un esquema de juego diferente. Su revés ha evolucionado y pierde menos pista.

- Para todo, no solo en tierra. Me ves jugar ahora y hace diez años y verás muchas cosas diferentes. Hay cosas de base que no se pueden cambiar, pero otras sí, como mi posición en la pista, en mi forma de sacar, subo más a la red que antes, para buscar soluciones a encontrar virtudes que has perdido por otro lado.

- ¿Qué influencia tiene Carlos Moyá en todos estos cambios en su juego? ¿Es más entrenador o amigo?

- Cuando es amigo es amigo y cuando es entrenador, entrenador. Las relaciones personales no las separo de las profesionales. Carlos me ha aportado una forma de trabajar diferente. Me ha ayudado de forma decisiva a poder seguir estando donde estoy. Tanto él como el resto del equipo siempre están conmigo en las buenas y en las malas. Carlos es el más nuevo en el equipo pero nos conocemos de toda la vida. Toni se fue del equipo hace dos años, pero no se ha ido muy lejos. Hablo habitualmente con él por teléfono cuando estoy de viaje y aquí.

- Si su tío no hubiera dado el paso atrás, ¿seguiría siendo su entrenador?

- Seguro.

-¿Cómo se produce el cambio en la temporada de tierra? Hasta Roma, por primera vez en su carrera, no ganó ningún título de tierra. Y Roma fue el punto de inflexión para ganar su duodécimo Roland Garros.

-Yo creo que el punto de inflexión fue Barcelona, no Roma. No había ganado Barcelona ni Madrid, pero ya me sentí bien. Vengo de un año 2018 muy bueno, pero de los nueve torneos que participo, solo acabo siete. Me retiro de Australia y Estados Unidos y acabo con una operación en el pie a final de año. Vengo de un año muy complicado y empiezo 2019 con un problema de cuádriceps en Australia, en Acapulco me lesiono la mano y luego en Indian Wells. Barcelona fue un punto de inflexión en el que necesitaba parar una temporada o hacer un cambio. Se decidió no dejarse ir y hubo un cambio de chip. Tuve mejores sensaciones y gané Roma, Roland Garros, semifinal en Wimbledon, gané Montreal, Estados Unidos y Copa Davis, y luego me casé. Ha sido un muy buen final de año y espero que la salud me respete.

- Fue un comienzo de temporada difícil. Después de la final de Australia, se retira antes de las semifinales de Indian Wells por una lesión en el tendón rotuliano de su pierna derecha. Dijo estar cansado de tener dolor, y no solo jugando al tenis.

- Es verdad. Uno se cansa de tener dolor, es una realidad. Hay épocas mejores y otras peores y cuando lo digo es porque vengo de una época continuada muy mala. No me gusta quejarme, compadecerme, pero no podía más.

- ¿El dolor se aguanta peor ahora que con 19 años?

- Lo que pasa es que con 33 tengo más dolor que con 20 (ríe).

- ¿Las derrotas se aceptan mejor ahora que cuando empezaba o perder siempre duele?

- Siempre las he aceptado bien. No quedo destrozado tras una derrota ni estoy en una nube después de ganar. Soy emocionalmente estable. Ni cuando las cosas van bien todo es increíble y cuando van mal todo es dramático. Esta estabilidad me permite ver las cosas con tranquilidad y perspectiva. No quiero que las emociones me hagan ver las cosas de una manera distorsionada.

- Hace años que selecciona mucho el calendario para intentar alargar su carrera. En 2019 ha jugado 65 partidos. ¿Es el secreto para alargar su carrera?

- He jugado muchos partidos porque he ganado mucho. No puedo jugar muchos torneos como hace diez años, pero en el tenis todo te lo marca los resultados. No es lo mismo quedar eliminado a la primera que en la final.

-¿Su principal rival en tierra es Thiem?

- Es uno de los mejores del mundo, en tierra y en cualquier superficie. No es solo un jugador de tierra, pero sobre arcilla también hay Djokovic, Federer según el calendario que haga, Tsitsipas y otros.

-Sólo ha perdido dos partidos en Roland Garros. ¿Se ha llegado a sentir alguna vez invencible en la tierra de París?

- No me siento imbatible gracias a Dios, nunca. Es una sensación arrogante, y nunca he tenido una sensación de este tipo. Además de no sentirme imbatible es que no lo he sido.

- Dijo el año pasado que no cambiaba ninguno de sus títulos de Roland Garros por tener un Grand Slam más de los que tiene. Para poner en valor los doce títulos en un mismo torneo.

- No cambiaría ni un Roland Garros por tener otro Wimbledon. Ganar doce veces es muy especial. Si lo he conseguido yo, que soy normal, lo puede conseguir otro, pero hay que ser consciente de que es un número muy difícil y es probable que me vaya de este mundo sin haber visto que me superen. Es la sensación interior personal, y la sensación de ganar Roland Garros es muy especial.

- Thiem, Tsitsipas, Medvedev, Zverev. ¿Son el próximo Big Four?

- Ellos y otros como Shapovalov. Pero estos son los que más cerca están.

-¿Cómo consigue evadirse de todo lo que se publica de usted, tanto lo positivo como lo no tan positivo?

- No es que me evada, al final lees o no lees y lo aceptas. Las alabanzas no me hacen perder una pizca de realidad, porque soy muy consciente de que son pasajeras y que el tenis es una vida corta. Es más importante la persona. Las críticas forman parte de ser una persona pública. Hay unas con razón y otras que no.

- Recibe pocas críticas.

- Sí que hay. Si son desde un punto de vista objetivo y con respeto las acepto sin problemas. Pero si son para hacer daño, no. Alguna vez me han dicho que estoy acabado y no me ha molestado porque esta duda también la he tenido yo. Es totalmente lícito que el periodista que lo escribe lo diga. Pero si la crítica es una mentira, creo que es un trabajo erróneo del periodista sin pensar en el daño que se puede hacer.

- ¿Qué balance hace de la nueva Copa Davis? Aligera el calendario.

- No es que acabemos el calendario tres semanas antes. Desde este punto de vista no lo valoro positivamente. Se han ganado dos, pero se han añadido otras cosas en el circuito. Estaba bien el anterior formato porque a todos nos gusta jugar en casa, pero impedía que los mejores jugadores del mundo disputaran el torneo. La Copa Davis se merece a los mejores y si no están, el torneo pierde valor.

- Dijo después de conquistar la Ensaladera por quinta vez que España necesita un relevo. No querrá decir que no jugará el año que viene.

- No sé lo que pasará el año que viene en este momento de mi carrera. Ojalá pueda volver a jugar, pero es verdad que necesitamos un relevo y llevamos unos años que cuesta que salgan jugadores.

- En 2020 se disputan los Juegos de Tokio. ¿Es una de las citas marcadas en rojo en el calendario, además de Roland Garros?

- Los Juegos ha de ser una cita imprescindible para todos los deportistas.

- Han pasado dos meses de la boda. ¿Cómo recuerda aquel día? ¿Salió todo perfecto?

- Bien. La perfección no existe. Fue el día que nosotros queríamos que fuera. Toda la vida hemos intentado huir de los shows mediáticos sobre nuestra vida privada. Entiendo el interés, pero el interés de los medios no va acorde a veces con lo que queremos. Entiendo que como persona pública tengo que dar algunas explicaciones, porque los medios se lo merecen, pero este tema privado intenté disfrutarlo con la familia y los amigos más próximos y dar continuidad a nuestra vida discreta de pareja, alejados del show mediático que no nos gusta. Ya tengo suficientes en mi día a día, pero no tengo que arrastrar a mi pareja a esto porque ella no viene de este mundo.