Un país pegado al televisor, conteniendo el aliento, clamando justicia. El final de las Guerreras en el ya histórico Mundial de Tokio 2020 fue abrupto, triste, rabioso. Una decisión arbitral cuanto menos discutida apartaba bruscamente a la selección española femenina de balonmano de la medalla de oro. Al menos, de una prórroga para seguir peleando por ella.

Lara González (Santa Pola, 1992), integrante de ese grupo de deportistas que, pese a todo, hicieron historia el pasado fin de semana en Japón explica pasados los días los sentimientos encontrados de un diciembre inolvidable. «El final fue muy duro por la forma en la que perdimos, en el último segundo y por una decisión arbitral que creemos que fue injusta», explica la internacional alicantina, que acumula 121 partidos con la selección española absoluta. «Nos dolió porque perdimos por un gol, pero sobre todo por las formas, el escenario, fue una lástima», prosigue Lara.

Ya de vuelta en España tras un carrusel de vuelos y esperas en aeropuertos, la jugadora de Santa Pola reconoce que el subcampeonato sabe mejor con el paso de las horas: «Esta plata fue amarga, pero la valoramos cada vez más». «Creo que no somos del todo conscientes de lo que hemos logrado y no lo seremos hasta que nos asentemos y veamos la situación con perspectiva», añade Lara.

La jugadora, que actualmente milita en el Besançon francés, no obstante, ya sabe que el grupo entrenado por Carlos Viver ha entrado en el olimpo del balonmano español. «Jugar la final del Mundial ya sabemos que es un éxito, estoy segura de que lo valoraremos más, pero es normal que tras acabar el partido tengamos sabor amargo», reflexiona Lara.

En realidad, las Guerreras viajaron al Mundial sin cerrar puertas a nada, pero con la intención de clasificarse para el Preolímpico del próximo año. Y lo han conseguido con creces. «Volvemos con medalla y casi nos colamos directos en los JJOO», cuenta Lara, que ya participó en la cita olímpico de Río de Janeiro en 2016, donde llegó hasta los cuartos de final. El preolímpico se disputará en el mes de marzo y España irá con todo para meterse de nuevo en los Juegos. «Es nuestro gran objetivo de la temporada», confiesa Lara. La selección ya obtuvo un metal (el bronce) en los JJOO de Londres 2012.

Un recibimiento masivo

La plata de Japón fue dolorosa, pero quedará en el recuerdo como un oro. Como otras tantas hazañas del deporte español que rozaron el cielo por vez primera. Así también lo entendió la afición, que preparó un recibimiento multitudinario a las Guerreras el pasado lunes en el aeropuerto de Barajas de Madrid. «No sabíamos la repercusión que estaba teniendo todo esto en España», admitía la jugadora alicantina, abrumada por tanto cariño a su regreso. «Aún estamos flipando con esta situación, no esperábamos este recibimiento y la verdad es que estamos muy contentas. Ver tanta gente nos hace sentirnos súper orgullosas», añadió Lara, un pilar fundamental de esta selección con acento alicantino. El segundo de Viver, José Ignacio Prades, es de Petrer; y otra jugadora, Jennifer Gutiérrez, es de Algeciras pero juega en el Elche.

Lara González buscará en 2020 regresar a Tokio para los Juegos, para los que tres alicantinos ya tienen billete: la jugadora de vóley playa benidormense Liliana Fernández, el gimnasta alcoyano Néstor Abad y el taekwondista ilicitano Raúl Martínez.