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La Nucía sobrevive al vendaval

Los alicantinos consiguen sumar un punto en un partido marcado por las fuertes rachas de viento y por el dominio del Villarreal B en el primer acto. Fornés firma varias paradas de mérito y César Ferrando pierde a Fofo por lesión muscular

La Nucía sobrevive al vendaval

El viento fue el principal protagonista del empate entre La Nucía y Villarreal B, en un duelo que prometía buen fútbol, ocasiones y goles, pero que dejó un ejercicio de supervivencia en el que ambas escuadras consiguieron el botín de un punto y de continuar con sus respectivas rachas: los alicantinos no han perdido en el Camilo Cano y los castellonenses no conocen la derrota lejos de su hogar.

Uno de los llamados a actor principal del partido acabó, por desgracia, teniéndose que conformar con un simple cameo. Fofo, estrella reluciente en La Nucía, quería volver a darle lustre a su zurda frente a la cantera que en su día le formó. Para desgracia tanto de César Ferrando como de los amantes del buen fútbol, sus músculos sólo aguantaron un cuarto de hora sanos. Fue la peor noticia del choque, ya que el mediapunta alicantino es fundamental en los esquemas tácticos de su equipo.

Con Fofo aún en el campo, el Villarreal B empezó más asentado en el terreno de juego, pese a las primeras rachas de fuerte viento. La primera parte fue un vendaval amarillo, con La Nucía aguantando como buenamente pudo el empate inicial. El principal líder de la resistencia fue el guardameta Óscar Fornés, metido en el papel de John Connor de La Nucía, repeliendo los ataques de los proyectos de «Terminators» del Villarreal. Su primera parada de mérito llegó al poco de empezar, a disparo de Villanueva desde la frontal del área. La mejor la firmó cerca del descanso, en pleno «huracán» visitante, al sacar con los pies un lanzamiento desde el punto de penalti de Bueno que iba camino de la red y de subir al marcador del estadio nuciero.

El poste fue el otro escollo que se encontró el Villarreal B en su camino hacia el gol durante el primer tiempo. Lozano envió al palo un violento disparo lejano en una falta indirecta. Villanueva marcó el rechazo, pero el asistente levantó el banderín y lo anuló por fuera de juego. Óscar Fornés respiró y agradeció la ayuda de lo que en su día era madera y hoy es metal.

Calma tras la tempestad

La producción ofensiva de La Nucía en el primer acto se limitó a un par de incursiones de Juanma Ortiz por la banda derecha, sin llegar a poder considerarse como ocasiones reales. Josele Martínez, el portero del filial groguet, tampoco tuvo que lucir sus guantes en el segundo acto, aunque algo cambió.

Tras el descanso, el Villarreal B pasó a jugar en contra del viento y se notó. De repente se topó contra dos muros, el del dios Eolo y la muralla defensiva de Ferrando, bien ajustada sobre todo en una banda izquierda que estaba sufriendo demasiado. La Nucía se fue soltando y equilibró la balanza, al menos en cuanto a sensación de peligro, ya que su mejor ocasión llegó a la hora de choque, en un magnífico centro de Cabezas desde la banda derecha que Titi remató picado, pero mal, sin ni siquiera encontrar portería.

Con un mayor control de la situación, los nucieros sólo tuvieron un par de sustos hasta el pitido final. Primero en un pase de la muerte de Baena al que no llegó Iván Martín y luego en un remate de Collado que se marchó fuera por poco.

El empate frente al Villarreal B fortalece a La Nucía. No por el buen juego, arrasado esta vez por el viento, pero sí por el nivel de competitividad mostrado ante las adversidades. El equipo rojillo sigue una semana más en la zona noble del grupo y, de paso, ya se ha asegurado recibir en el derbi de dentro de dos jornadas al Hércules por delante en la tabla.

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