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El HLA se choca contra un marciano

El serbio Brano Djukanovic (ocho triples, 38 puntos y 44 de valoración) da el triunfo en la prórroga al TAU Castelló en un intercambio de misiles con Justin Pitts

Llompart, ayer, en el partido ante el TAU Castelló.

De infarto en infarto. El HLA Alicante juega siempre con el cuchillo entre los dientes y el corazón en un puño. El equipo de Pedro Rivero cayó ayer en Castellón en un partido frenético, antipático, entretenido, convertido en un intercambio abusivo de lanzamientos desde el perímetro que llegó a la prórroga y que lo ganó un marciano en pantalón corto.

El serbio Brano Djukanovic ya tiene en su haber un partido para la historia. Machacó al Lucentum con ocho triples, 38 puntos y terminó el partido con 44 de valoración. Y ante tal exhibición extraterrestre el HLA Alicante no bajó los brazos, todo lo contrario, estuvo sostenido principalmente por un Justin Pitts genial, que aguantó el tipo con cinco triples y 24 puntos.

De hecho, el base estadounidense fue quien forzó la prórroga con un misil teledirigido que ponía el empate a 77 en el electrónico. Había sido una escalada contra reloj porque a falta de dos minutos el HLA perdía 77-70. El hacha de Chumi Ortega y el talento de Schmidt permitieron esos cinco minutos extra. Pero el esfuerzo fue en balde. Ocho puntos seguidos de Djukanovic (seis de ellos de triple) en la prórroga cortaron de raíz el conato de remontada de los alicantinos, guiados por un triple de Pitts.

Aun así, en medio de ese partido loco, ya sin manija ninguna, a Schmidt se le escurrió la machada. Robó a la perfección un balón y cuando entraba solo a canasta perdió el balón de sus manos. El héroe de la pasada semana no podía repetir cartel.

Y eso que el partido lo había tenido controlado el HLA Alicante en el primer cuarto, del que se fue ganando 14-25 y en el que enlazó un parcial de 0-11. Incluso durante el segundo llegó a ponerse por delante con 16 puntos de ventaja. Los castellonenses, no obstante, supieron recomponerse y recortaron ocho puntos en un suspiro y en el tercer cuarto lograron la igualada: 56-56 y diez minutos de infarto.

Fueron 15 con la prórroga, con un Llompart ya sentado en el banquillo y con un equipo que seguramente abusó del lanzamiento exterior. Pocos peros, no obstante, se le pueden poner a este renacido Lucentum, que no escatima esfuerzo y que ayer se vio superado por la actuación interestelar del serbio Brano Djukanovic.

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