París se relamía con un nuevo choque entre Rafa Nadal y Novak Djokovic, el 56ª del duelo más prolífico de la historia del tenis, pero el físico volvió a abandonar al español, obligado a retirarse antes de las semifinales y que compromete la defensa del número 1 del mundo que recuperará el próximo lunes.

Un dolor abdominal sentido en el entrenamiento matutino, no demasiado intenso pero sí lo suficiente como para aconsejar prudencia en el físico de un tenista de 33 años obsesionado por alargar al máximo su carrera, le llevó a bajarse minutos antes de afrontar al canadiense Denis Shapovalov, que a sus 20 años disputará su primera final de un Masters 1000 ante el todavía 1 del mundo.

Antes, Djokovic había hecho su parte, una victoria quirúrgica ante el búlgaro Grigor Dimitrov, un tenista que llegaba en buena forma, pero insuficiente para derrotar al serbio, en clara progresión ascendente en su semana en París.

Pero no habrá nuevo duelo entre ambos. Nadal firmó otro drama en el rosario de lesiones que ha sido su extensa carrera, encumbrada de trofeos pero también de golpes físicos.

El español se aferró a un torneo que venía jugando a un gran nivel, apoyado en un eficaz servicio que le permitió alcanzar las semifinales por cuarta vez, con una determinación renovada para ganar bajo techo, algo poco frecuente para el mallorquín.

Se sometió a dos resonancias magnéticas, que no fueron concluyentes en incluso se probó unos minutos antes de empezar su partido. Pero el dolor seguía ahí, sobre todo al sacar, demasiado riesgo para lo que resta de año, para lo que resta de carrera. Los médicos le recomendaron prudencia y acabó por aceptar.

"No era un dolor insoportable, pero hay un gran riesgo de empeorarlo", afirmó el jugador, que todavía no sabe si la lesión le privará de las Finales ATP de Londres, que comienzan el próximo día 10, y de la Copa Davis, una semana más tarde.

Es la quinta retirada de Nadal, la tercera en un Masters 1000 y la segunda en París, donde ya se retiró en 2017 con problemas en la rodilla.

Un mazazo en una temporada que ya comenzó acechada por las lesiones, que de tan repetidas le pusieron contra las cuerdas, hasta el punto de que confesó que en el torneo de Barcelona llegó a plantearse su continuidad.

Pero su fe en el trabajo le permitieron regresar, ir cobrando nivel y ganar en Roma su 34 Masters 1000, antes de sumar su duodécimo Roland Garros y reincidir en Montreal y en el Abierto de Estados Unidos, colocando en 19 el marcador de sus Grand Slam.

Tras esa victoria se resintió de la mano y no volvió a jugar hasta que reapareció en París, un torneo maldito para el español, uno de los tres Masters 1000 que le faltan, junto a Miami y Shangai.

El número 1

La perspectiva de asegurarse el número 1 del mundo al final de la temporada por quinta vez en su carrera eran un premio demasiado goloso y Nadal lo afrontó con fe. Pero el físico le dijo basta una vez más.

Hasta 9 veces desde 2006 se ha visto incapacitado de completar el torneo de París, la misma ciudad que más alegrías le ha dado en el otro torneo que organiza. El año pasado también tuvo unos problemas abdominales que le impidieron comenzar el su participación.

Los próximos días dirán si esos problemas le permite defender el número 1 en Londres.

Djokovic prosigue al acecho. El serbio se clasificó para su sexta final y buscará mañana frente a Shapovalov su quinta corona.

Finalista de la pasada edición, "Nole" puede sumar su 34 Másters 1.000 y quedarse a uno de Nadal, que es el que más tiene.

La del domingo, que será la final número 50 en este tipo de torneos, le enfrentará a un rival de 20 años que no ha jugado ninguna y que no ha conseguido ganar nunca al serbio en tres duelos.

En el pasado Open de Australia le arrebató un set en tercera ronda, pero siempre se ha mostrado lejos de Djokovic.

En su camino hacia la final, ha dejado fuera a tres cabezas de serie, el italiano Fabio Fognini, el alemán Alexander Zverev y el francés Gael Monfils.

Djokovic derrotó en dos sets a Dimitrov, un partido marcado por el juego de desempate del primer set, en el que el búlgaro falló una volea que le hubiera colocado 6-4 y dos servicios, con muchas opciones de apuntarse el parcial. El partido acabó con 7-6(5) y 6-4.

Pero es en los momentos clave cuando aparecen los grandes tenistas y el serbio, que comenzó con dudas el torneo, ha ido elevando su nivel.