Los más de 2.500 atletas que se inscribieron dejaron contenta a la organización aunque esperaba una mayor respuesta de los corredores, ya que las expectativas hace meses sobre esta segunda edición de la Gran Carrera del Mediterráneo superaba en mucho las cifras que finalmente se han dado. Tal y como sucedió en la primera edición, el papel de las empresas y la manera de involucrarse en la prueba ha sido fundamental para crear un buen ambiente antes, durante y después de la carrera.
Así, Grupo ASV, Vithas y Zafiro Tours han aportado a la carrera casi 200 participantes, creando un colorido ambiente. Las empresas han jugado un papel fundamental desde el punto de vista social animando a sus trabajadores a participar en el evento. Fue uno de los puntos en los que la organización ha puesto más énfasis a lo largo de los meses en los que ha ido preparando la carrera.
En cuanto a los clubes, el Runners Montemar recibió el premio como el que más participantes ha aportado con casi 60.
En cuanto al desarrollo de la carrera hay que destacar como anécdota que los puntos kilométricos marcados por la organización en el recorrido no coincidían con los que el GPS de los corredores les marcaban, provocando cierta confusión.
Apenas hubo incidentes de relevancia salvo algunos corredores que necesitaron asistencia médica por agotamiento o el pinchazo en una rueda de la bicicleta que acompañaba al grupo de cabeza de la carrera.
El viento fue el único protagonista que nadie esperaba y con el que hubo que luchar durante toda la prueba, ya que además venía de cara. Pese a la dificultad de encontrar público por el camino, los pocos que había no cesaban de animar a los corredores. Los atletas celebraron el avituallamiento cada cinco kilómetros, una buena dosis de hidratación para el gran esfuerzo de realizar casi una media maratón.
La tercera edición de la carrera vendrá sin ninguna duda con importantes novedades en todos los aspectos.
