Dos recién ascendidos se veían las caras en El Prat de Llobregat. El partido estaba marcado en rojo desde el sorteo del calendario en la agenda de los hombres de César Ferrando. Un duelo de su liga en la jornada 11, superado ya el cuarto de competición. A estas alturas ya podrían sacarse las primeras conclusiones serias de la temporada nuciera.
Visto lo visto en tierras catalanas, La Nucía puede recibir las primeras felicitaciones por su papel en Segunda División B. No olvidemos, en su estreno en la categoría de bronce del fútbol español. Si algo quedó claro es que, al menos a día de hoy, está en un nivel muy superior al Prat. Lo demostró goleándole en su campo por 0-3 y exhibiendo una evidente diferencia de calidad. La prueba fehaciente de ello, más allá de 90 minutos, son los 11 puntos que separan a ambos clubes en la tabla. La Nucía progresa adecuadamente. El Prat necesita mejorar.
El campo de Sagnier debía poner a prueba el estilo de los alicantinos. Césped artificial y dimensiones reducidas. El rompecabezas de Segunda B. Sin embargo, el rival invitó desde el primer momento a no abusar del juego directo. Los nucieros sí acudieron al balón en largo más de lo que suele ser habitual, pero lo hicieron siempre con sentido. Y encontraban a un Fofo que, aparte de los dos goles, dio una masterclass de controles, especialmente en la primera parte.
La primera media hora del choque fue bastante engañosa porque podía parecer que el Prat estaba mejor plantado en el terreno de juego y más a gusto con la pelota en sus pies, pero la realidad, tanto de los goles como de las ocasiones generadas, fue que todo el peligro vino del bando visitante.
Antes del tanto inaugural, los nucieros ya avisaron en dos tentativas. Una tímida, en estrategia finalizada con un cabezazo deficiente de Morgado. Y otra más seria, en la primera combinación de nivel, iniciada con una perfecta salida de balón por la banda izquierda de José Mas que remató cruzado Fofo desde la frontal tras una dejada de Titi, obligando a Andrés a estrenar su casillero de paradas de la mañana.
A la tercera llegó el gol. Juanma Ortiz profundizó buscando a Titi y este realizó un notable control que le dejó mano a mano con el meta rival, al que buscó donde más suele doler en los uno contra uno: entre las piernas. Encontró la red y, a partir de ese momento, el choque quedó desnivelado.
En otra acción por la derecha, Fofo volvió a encontrar la espalda de la zaga catalana y obligó a Cárdenas a derribar a Titi. La falta era un caramelo para el propio Fofo, que dejó un nuevo gol para la videoteca nuciera. Ya es habitual ver cada semana uno de los tantos del equipo entre los Trending Topic de golazos de la categoría. Fofo ejecutó con un toque sutil que superó a la barrera rival y se posó, apenas sin virulencia, en la escuadra de la portería de Andrés.
El 0-2 fue una losa para el Prat y una inyección extra de moral para La Nucía. Los locales eran ejemplo de voluntariedad e inoperancia. Los visitantes igualaban en empeño a su oponente y, sin embargo, se permitían incluso adornarse en su juego. La muestra perfecta llegó al filo del descanso. Juanma Ortiz renunció al pelotazo y salvó una presión en área propia jugando a ras de suelo, Juanan emuló el temple de un recortador al sortear a un contrario y Cabezas le puso el broche a la acción con una ruleta que levantó a más de uno de su asiento, tanto en el propio estadio como ante las pantallas de los ordenadores.
Control en inferioridad
El inicio de la segunda parte sirvió para que los alicantinos sentenciaran el choque y ahorraran así problemas cardiacos a sus aficionados en el tramo final del choque. En una nueva combinación exitosa, Fofo empujó a puerta vacía una asistencia de Juanan, culminando una triangulación que sirvió de ejemplo a lo que fue el signo que desequilibró el partido: la calidad de La Nucía.
Quedaba media hora y, entre los posibles desenlaces de la historia, los hombres de Ferrando eligieron uno de los que menos convenía. Con los tres puntos en el zurrón, Julen vio la segunda amarilla en una acción en la que midió mal una entrada y se tuvo que marchar al vestuario antes de tiempo. El cuerpo técnico ya había hablado con él para sustituirle por algún percance físico y este había solicitado cinco minutos más para probarse. Fue la única nota negativa del choque, ya que los nucieros aguantaron el 0-3 pese al empeño del Prat en recortar distancias, siempre de manera infructuosa.
El final de la undécima batalla deja a La Nucía una semana más en la zona noble del grupo más duro de Segunda División B. Y, sobre todo, la sensación de que el equipo sigue creciendo, con la calidad de Fofo, la experiencia de Ortiz, la seguridad defensiva, el orden de Fran Moreno y Juanan, el desequilibrio de Cabezas y Morgado y, tras su segunda jornada seguida viendo puerta, el olfato goleador de Titi como estandartes. Con todas estas virtudes, La Nucía tiene licencia para soñar.
