Quien vaya al estadio Maksimir de Zagreb se puede hacer una foto ante una placa con el siguiente texto: «Para los seguidores de este equipo, que comenzaron en este estadio la guerra contra Serbia el 13 de mayo de 1990». Todo un símbolo, un mito fundacional de la nación croata. Los Bad Blue Boys del Dinamo enfrentándose en las gradas y el césped a los Delije del Estrella Roja, los Héroes entre los que se encontraba Arkan.

El fútbol como pretexto para forjar una nación. Al fin y al cabo es "lo más importante de las cosas menos importantes de la vida" y un altavoz desde el que lograr publicidad. Para que "el mon ens mire". Así que es normal que en pleno delirio independentista y pacíficas manifestaciones que acaban con heridos, incendios y media ciudad arrasada la autoridad competente se plantee aplazar un Barcelona- Real Madrid. Que una cosa es que el Ministro del Interior diga que se puede pasear por Barcelona con total normalidad y otra ir a un recinto deportivo.

Puede que lo que preocupe no sea el orden público sino la publicidad. La del "prusés", la que lo empaña todo desde hace años en este país. No estamos hablando de un derby yugoslavo en 1990 sino de todo un Barcelona- Real Madrid en 2019 con audiencia global, y eso hay que calibrarlo bien. Seguro que alguien se ha acordado de la batalla del Maksimir y sueña con algo así, con el caos generalizado, con la violencia en las gradas, las pancartas en el césped, el mundo descubriendo que la Gran Yugoslavia de Tito se venía abajo. La libertad de los pueblos oprimidos...

Y sin embargo el mundo ha cambiado. Probablemente sea necesario suspender ese partido. Pero quien crea que montando el espectáculo iba a cambiar algo se equivoca. Todo seguiría (seguirá) igual. Seguirá igual porque si no se juega o si se hace y comienzan los incidentes se cortará la emisión. No tendrá más interés ni relevancia que ver cómo apedrean el autobús de Boca o incidentes en el derby romano o cuando se enfrentan católicos y protestantes en las calles de Glasgow con la excusa del Old Firm. Sin mayor trascendencia política. En caso de incidentes se cortará la emisión o simplemente alguien cambiará de canal y verá un partido de la liga inglesa o alguna peli de Netflix.

¿Ha cambiado algo lo de que aparezcan drones con banderas en algunos partidos de clasificación para la Euro2020? No, a lo sumo han multado a quien organizaba el partido. ¿Cambiaría algo en lo político la aparición de pancartas en el Camp Nou el domingo? Pues tampoco. Como mucho se multaría a quien se le aplicase la Ley de prevención de la violencia en espectáculos deportivos. Y nada más. No habrá gobiernos reconociendo la república Catalana ni condenando represiones ni nada por el estilo.

Con derby o sin él no habrá batalla del Camp Nou, el mundo no mirará, quien mire le dará igual, el balón seguirá rodando y todo quedará en una anécdota. Lo único que se ha conseguido es cambiar de fecha un partido de fútbol y que se celebre después de las elecciones generales. Que una cosa es que no vaya a tener relevancia internacional y otra que a nivel nacional pudiese influir o no en las elecciones. La España de 2019 no es, ni por asomo, la Yugoslavia de 1990. Ni falta que hace. Cantan los Rolling Stones eso de "It's Only Rock And Roll"; pues esto es parecido, es sólo fútbol. Aunque por su trascendencia lo quieran convertir en política.