El Orihuela continúa su particular calvario en este inicio de competición. Después de sufrir las consecuencias de la gota fría que dejó inhabilitada una gran parte de las instalaciones del estadio de Los Arcos y tener que jugar tres partidos consecutivos en casa sobre un césped en mal estado, también dañado por las inundaciones, los escorpiones deberán exiliarse a Crevillent para recibir al líder Andorra el próximo domingo a las 18.00, debido a que se van a iniciar los trabajos de resiembra el terreno de juego del campo oriolano.

La Real Federación Española de Fútbol ha dado ya el visto bueno para que el partido se dispute en el estadio crevillentino Enrique Miralles, como medida provisional para esta próxima jornada para no interceder en las labores de resiembra de Los Arcos que, en principio, tienen una duración estimada de tres semanas.

Los oriolanos salvarán este primer escollo desplazando su sede a Crevillent. Después viajarán a Zaragoza para enfrentarse al Ebro y de nuevo tendrán que actuar como local ante el Cornellà el 3 de noviembre. Para esa fecha todavía no estará el césped en condiciones de ser utilizado, lo que obligará al club a volver a jugar fuera de su estadio. No obstante, desde el Orihuela no quieren ir más allá del partido del próximo domingo: «De momento ante el Andorra vamos a jugar en Crevillente, después ya veremos qué pasa. Iremos tomando las decisiones según corresponda en cada momento», apuntó el presidente de la entidad de la Vega Baja, Antonio Felices.

Pero la resiembra de Los Arcos no sólo aleja al Orihuela de su sede en el partido oficial de liga del domingo ante el líder Andorra, sino que también los entrenamientos tendrán que ejercitarse fuera de Orihuela ante la falta de instalaciones. Tras la jornada de descanso que tuvo ayer la plantilla, hoy martes el equipo trabajará en la pedanía de San Bartolome. El miércoles, jueves y viernes, las sesiones se llevarán a cabo en Crevillent.