Ecuador no fue rival para una Argentina que se mostró muy superior a su oponente prácticamente desde el primer momento y acabó goleando por 6-1, con una actuación estelar de Marcos Acuña, que por momentos pareció el mismísimo Messi.

El futbolista del Sporting de Portugal marcó la diferencia en la primera parte desde la posición de lateral zurdo, siendo indetectable para la defensa rival. Participó en los tres primeros tantos de los suyos, que sirvieron para sentenciar un choque que empezó con un tímido aviso ecuatoriano en forma de falta directa que la barrera desvió a córner, evitando a Marchesín una intervención que se presentaba compleja.

A partir de ahí, monólogo de Argentina con Acuña como artista principal. Asistió en el primero a Alario, forzó en el segundo el gol en propia meta de Espinoza e inició la jugada que derivó en el penalti transformado por Paredes. Media hora y todo finiquitado.

Al inicio del segundo acto, entre Mena y Marchesín le pusieron algo de salsa al choque. El ecuatoriano lanzó una falta lejana que el meta del Oporto se tragó. El tanto espoleó a los amarillos, pero no se consiguieron acercar más. La lesión del árbitro enfrió algo la cita y Pezzella volvió a abrir brecha tras rematar perfectamente de cabeza una falta lateral botada por Dybala. Domínguez y Ocampos, ya en los últimos minutos, cerraron el marcador para la abultada victoria de Argentina, justa e incontestable.