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Mucho mérito y poco botín

El HLA pierde ante el Palma en un choque loco, en el que ganaba de cinco puntos a falta de un minuto

...Y la moneda salió cruz. Justin Pitts, soberbio durante todo el encuentro (20 puntos y 17 de valoración), no acertó a encestar una bandeja en el último suspiro del partido y el HLA se quedó sin su tercera victoria seguida.

El partido había sido una cuestión de paciencia y mucho trabajo y el Lucentum, que perdía de seis, había sido capaz de llegar al último minuto con una ventaja de cinco puntos (74-69) después de tres triples inmaculados de Llompart, Onwenu y Pitts. Tras el tiempo muerto, Palma acertó desde el perímetro por mediación de Bivià. Con dos puntos de ventaja cogió el balón Pitts y habilitó a Schmidt, que avanzó y entró a canasta con poca fe, el balón lo recuperaron los baleares y, con polémica, ataron el partido con otro triple. El HLA y la grada del Ferrándiz protestaron alegando que el lanzador había pisado y que la canasta era de dos. La queja fue en vano y Pitts, en la última jugada, no atinó en su bandeja.

Fue un final amargo a un partido de quilates del equipo de Pedro Rivero, al que solo desquició un arbitraje polémico, que pasó por alto una retahíla de faltas de los visitantes, un conjunto confeccionado para regresar a una ACB que rozaron el pasado mes de junio.

Con Bamba Fall, el MVP de las dos últimas jornadas, en una versión descafeinada, el HLA firmó un segundo cuarto ejemplar. Los alicantinos firmaron un parcial de 14-0 y voltearon los pecados del primer cuarto, al que se fueron perdiendo por 16-23. Edificados en torno a una defensa de hierro y a un Chumi Ortega canónico y visceral el Lucentum cerró el segundo cuarto con ventaja: 44-36.

El tercer cuarto fue malo y el HLA terminó desquiciado por el arbitraje y Palma recortó nueve puntos: 56-57. El marcador dejaba para los últimos diez minutos un final con un guion eléctrico, vertiginoso, cruel.

Los visitantes, guiados por Löfberg y Babatunde se iban a seis puntos. Entonces llegó la reacción alicantina, con tres triples seguidos de Llompart, Onwenu y Pitts. Rivero, poco antes, había sido sancionado con una técnica y Fall, sonrojado con un grosero tapón. La remontada se deshilachó cuando Bivià sacó su fusil y enchufó de tres. La réplica del estadounidense Devin Schmidt no fue de garantías y los baleares desnivelaron con un tiro que pareció de dos, pero que fue de tres. O al menos así lo decidieron los árbitros, que serán recordados durante tiempo en Alicante por su discutida actuación.

El HLA está más vivo que nunca y ayer lo demostró.

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