Tamara Gómez es el claro ejemplo de la constancia, el sacrificio y la perseverancia. Solo ella sabe lo que ha tenido que sufrir para superar una cadena de lesiones, levantarse y volver a proclamarse campeona de España. A sus 28 años descarta prácticamente clasificarse para los Juegos de Tokio, pero tiene claro que luchará por participar en los siguientes y poder cumplir así una asignatura que tenía pendiente cuando veía de cerca los Juegos de Río. La rotura de una vértebra y dos graves lesiones en los gemelos la tuvieron más de tres años apartada de su pasión, la natación, el ciclismo y la carrera en pie. Pero Tamara, instalada en Galicia desde hace varios años, ha vuelto y ésta vez tiene claro que para cumplir varios retos pendientes.
P Campeona de España de distancia esprint y la semana pasada de distancia olímpica. ¿Entraba en sus planes?
R Sabía que tenía opciones porque ya estaba entrenando muy bien, pero no tenía claro si podía ser campeona. Han sido cuatro años sin competir en distancia olímpica y no sabía cómo iba a responder el cuerpo.
P ¿Las lesiones ya son historia?
R Todavía me estoy recuperando, la carrera a pie me está costando porque me entran dolores y es molesto, pero después de lo que he pasado puedo estar contenta.
P Su calvario comenzó en 2016 con una inoportuna fractura vertebral...
R Venía arrastrando ese problema hasta que se rompió. Me obligó a pasar un año en blanco e hizo que me olvidara del sueño olímpico por el momento.
P Sin embargo, lo peor estaba por llegar...
R Cuando ya volví a entrenar me entró un dolor muy fuerte en las piernas debajo de las rodillas que no me dejaba ni trotar. Después de consultar con muchos médicos descubrieron cuál era la lesión: síndrome de atrapamiento de la arteria poplítea. A partir de ese momento llegó una época de incertidumbre en la que muchos me dijeron que no volvería ni siquiera a andar. Tomamos la decisión de pasar por el quirófano y operarme de las dos piernas. Tenía que operarme de inmediato para salvar las piernas porque había riesgo de isquemia y podía hasta perder las piernas según me dijeron. Era una lesión poco común y lo pasé muy mal, pero por suerte ya está superado.
P Tenía claro que lo último que iba a hacer era tirar la toalla...
R Por supuesto, ni se me pasó por la cabeza, tenía una mezcla de rabia y cabezonería y quería seguir haciendo lo que me gusta. Siempre he luchado y no iba a ser menos. Y ahora estoy muy contenta porque ya queda atrás aunque todavía a la hora de correr siento molestias.
P ¿Pensar en los Juegos de Tokio es un objetivo demasiado ambicioso?
R Es muy complicado poder estar allí, me faltan muchos puntos por no haber competido durante la primera parte de la clasificación. Es prácticamente imposible, el relevo mixto sería la única posibilidad, pero ya me hecho a la idea. Para los siguientes todavía tendré buena edad y espero seguir compitiendo al más alto nivel para cumplir un sueño. 2019 es año de transición antes de recuperar el ritmo y la competitividad de cara al próximo año.
P¿Sus próximos compromisos?
R Una competición que organiza la Federación Española en Pontevedra y otra en Madeira y seguramente dos pruebas de la Copa del Mundo.
