Pascual Momparler (16 de mayo de 1982, Villanueva de Castellón, Valencia) afronta en Yorskhire su primer Mundial como seleccionador nacional de fondo en carretera. El pasado 14 de diciembre fue elegido por la Real Federación Española de Ciclismo como máximo responsable en lugar de Javier Mínguez, con el que trabajó durante el periplo del vallisoletano en la selección.

Participó en la victoria de Valverde en Innsbruck y conoce los entresijos de este mundillo como nadie ya que fue cocinero antes que fraile. Es hijo el ex-ciclista Pascual Momparler Gandía y director de la prueba ciclista amateur que se celebra cada año en honor a su padre. Desde 2013 forma parte de la Dirección Deportiva de la RFEC, en la que ejerció como seleccionador nacional Junior (2013-2017) y Sub 23 de carretera y de ciclocross. Ha sido responsable directo de los triunfos de Rubén Fernández y Marc Soler en el Tour del Porvenir y en la medalla de plata del vilero Felipe Orts en el Mundial de Ciclocross sub 23 de 2017. Los ciclistas están alojados en el hotel Sercotel Bonalba.

Pascual Momparler es un hombre cercano, amante del ciclismo y que controla todo el panorama del mundo del pedal. No hay ciclista que destaque en cualquier categoría que no tenga en su disco duro. Afronta su primer Mundial como primer espada y aunque es metódico y le gusta tener todo controlado "los nervios van por dentro porque al final uno puede tener todo visto, pero luego hay que darle a los pedales y las circunstancias de carrera son diversas". En el fondo, un Mundial no deja de ser una lotería en la que al estado de forma de los corredores hay que añadir una dosis de suerte para vestirse con la preciada túnica "arcoíris". Se le nota ilusionado y así lo expresa en una entrevista concedida a INFORMACIÓN antes de viajar a Yorskhire para dirigir el jueves en la contrarreloj mundialista a Jonathan Castroviejo y a Lluis Mas.

Con el oro en Innsbruck 2018, ¿tiene el listón muy alto?

El año pasado también estuve con la selección trabajando, aunque Javier Mínguez fuera el jefe. Venimos a Yorkshire con el campeón del mundo y con ganas de que vuelva a ganar él u otro compañero. El reto es bonito, tenemos un líder capaz de todo y un grupo de ciclistas muy buenos.

Con el maillot "arcoíris" sobre sus espaldas, ¿Valverde es la gran baza del combinado español?

No cabe duda de que el líder es Alejandro Valverde, pero a su lado tiene compañeros capaces de rematar también la faena. Contamos con un plan B.

Y si el campeón no está a la hora de la verdad, España tiene a Ion Izagirre, que se maneja a la perfección con el asfalto mojado; a Marc Soler, que ha terminado La Vuelta a un gran nivel; en incluso al debutante Cortina, que estuvo delante en A Través de Flandes y que en Roubaix un pinchazo le privó de estar con los mejores...

Siempre hay que tener un plan B. En un equipo de fútbol no siempre marca el nueve. Muchas veces éste juega más sin balón que con él, abre huecos y permite que sus compañeros sean los que batan al meta contrario. Lo tenemos claro. Llevamos un equipo que va a tocar al son de Valverde y va a ser él el que decida el tiempo de la carrera en cada momento. Él tiene que mandar y dirigir en función de las instrucciones que hayamos hablado en el hotel. Pero, habrá que estar atentos a las diversas circunstancias que nos ofrezca la carrera.

¿Cómo ve al actual campeón del mundo?

Yo creo que Alejando afronta este Mundial con una tranquilidad que no había tenido en los anteriores. El año pasado logró el título y a la hora de revalidarlo está sin presión, menos acelerado y sin tantas ansias de victoria. No cabe duda de que eso juega a nuestro favor. Siempre que ganas deseas repetir, eso está claro, pero lo afrontamos sin esa necesidad que a veces te hace cometer errores. En la primera parte de la temporada no ganó como él hubiera querido, pero la está cerrando de manera magnífica. Ahí está su actuación en la Vuelta a España. Llega con los deberes hechos y eso le ayudará a manejarse en carrera. ¿Volver a ganar? Es un corredor que siempre que compite está capacitado para hacerlo. Lo ha demostrado una y mil veces. Recuerdo ahora que en el Mundial de Madrid (2005), en un trazado que no le iba, sólo le superó Tom Boonen.

Hace un año se le insistió al murciano en la idea de que un tiro, una bala, que seleccionara al máximo su apuesta ¿Qué le dicen ahora?

Un tiro y una bala. Le repetimos que regulara las fuerzas y que midiera bien el ataque. A un tiro podía matar a cualquiera, como así fue, pero a tres los rivales podían superarlo. Este Mundial es completamente diferente. Es para listos. Aunque el factor suerte también es clave. Te puedes meter en un grupo y que los buenos atrás se miren uno al otro. De esta forma, lo gane alguien que no esta en las quinielas.

¿Qué me dice del recorrido?

Es muy técnico, con subidas y bajadas. El ciclista tiene que conducir bien la bicicleta. Los primeros 180 kilómetros son duros de verdad, con repechos de altos porcentaje y entrando el viento por todos los lados. Además, si llueve, todavía va a ser más divertido (Sonríe). Luego, el circuito suma y suma fatiga. Es un recorrido duro y muy exigente.

¿Quiénes son los rivales a batir?

Hasta que no vea la lista de inscritos no quiero decir nombres. Pero selecciones como las de Francia, Italia, Australia, Eslovenia, Eslovaquia, Bélgica y Holanda van a estar ahí en la pelea. Nos vamos a batir el cobre con todos ellos.

¿Por qué eligió Alicante para su concentración?

Nosotros fijamos un objetivo, un vuelo directo a Leeds, ciudad que está al lado de Yorskhire, y cuando vi que desde Alicante había avión no me lo pensé. Es una tierra de ciclismo y es un regalo poder entrenar por sus carreteras. Tienes montaña, llano y una temperatura espectacular. Hemos estado muy tranquilos y se ha trabajado muy bien. En Alicante nos han tratado de diez y el ambiente de grupo que se ha formado con la mirada puesta en el Mundial ha sido fenomenal.

El jueves entrenan por la mañana y a la una y media parten en avión hacia Yorskhire...

Todo está planificado para que así sea. Ya en Inglaterra el viernes veremos la parte más mala del trazado, los primeros 180 kilómetros. Lo haremos en autobús y en bicicleta. El sábado estudiaremos el final del circuito, que lo tenemos a 200 metros del hotel. Así, cuando demos la charla, ya sabremos a qué atenernos.