El Real Madrid anuló el efecto Mirotic y se impuso al Barça en la final de la Supercopa Endesa gracias a su mayor intensidad, en defensa y ataque, y ritmo de juego. El Madrid llegó cinco minutos tarde a la final. Tuvo una mala puesta en escena en el partido con Anthony Randolph gafado en su persistencia en el lanzamiento. Nikola Mirotic fue el primero que clavó un puñal con un triple que inauguró el marcador. El Barça empujó con Mirotic al mando, pero el gran trabajo de Rudy evitó males mayores, 78-70 (m.36). Laso movió piezas y la experiencia acumulada de los jugadores hizo el resto para ganar.