La situación del Orihuela tras el cierre del estadio de Los Arcos por amenazar ruina es cada vez más preocupante. Después de que jueguen el próximo domingo en el Rico Pérez frente al Hércules, los escorpiones se encuentran en la tesitura de tener que afrontar tres encuentros consecutivos como locales en tan solo trece días y sin un campo en donde jugar.
El partido suspendido el pasado domingo entre el Orihuela y el Atlético Levante con motivo de las inundaciones que afectaron a toda la comarca de la Vega Baja, ya tiene fecha. Será el miércoles 9 de octubre aprovechando la fiesta de la Comunidad Valenciana, a las 17:30 horas. Lo que no se sabe es dónde se jugará, ya que el Orihuela actúa como local, pero el estadio de Los Arcos está cerrado por amenaza de ruina.
De momento, la Federación ha fijado ese día sin tener en cuenta la situación actual del equipo escorpión, que se encuentra sin estadio para disputar sus partidos. De esta forma, el club ya no solo tiene que buscar una solución para el choque de liga del domingo 29 de septiembre ante el Sabadell. Ahora se encuentra también con la dificultad de afrontar otros dos encuentros consecutivos como local, el 6 de octubre frente al Llagostera y el 9 de octubre el aplazado contra el Atlético Levante.
Desde el club ya están barajando distintas posibilidades para cumplir con sus compromisos ligueros, una vez que tienen asumido que no podrán utilizar las instalaciones de Los Arcos de manera indefinida hasta que el ayuntamiento disponga de un informe definitivo que permita saber si existen más partes del estadio dañadas o solo la zona que se detectó tras las inundaciones. Entre esas alternativas está la de pedir el cambio en el calendario para que el Orihuela pase a disputar esos tres partidos como visitante y no como local, para ganar tiempo y afrontar esos partidos en casa en la segunda vuelta del campeonato.
Otra opción es la de pedir prestadas instalaciones en Crevillente o en Murcia, ya que en la capital de la Vega Baja están todos los campos inutilizados. Hasta el momento no hay nada decidido ni soluciones a largo plazo, por lo que éstas se van buscando «día a día», tal como señala el presidente de la entidad, Antonio Felices.
Y es que al grave problema de asumir tres partidos seguidos como local sin estadio se le suma el de los entrenamientos. El equipo de Miguel Ángel Villafaina está ejercitándose estos días para preparar su derbi ante el Hércules en Crevillente y en Campoamor porque no dispone de instalaciones para hacerlo, pero esa situación provisional no se puede alargar mucho en el tiempo, y pronto podría verse también sin un campo donde entrenar. No obstante, eso es lo que menos preocupa ahora mismo al club, porque cuenta con la posibilidad, como alternativa provisional, de utilizar el campo de fútbol de Campoamor en caso de que tuvieran que dejar de hacerlo en el de Crevillente. La única dificultad que presenta esa opción es el desplazamiento diario de los jugadores a la costa oriolana, que está a unos 40 kilómetros de distancia.
