Con más pena que gloria, España selló su pase a la segunda ronda del Mundial y el liderato del Grupo C en una actuación espesa y gris, marcada por su desacierto en el tiro y las imprecisiones, frente a una selección de Puerto Rico que soñó con el triunfo pero se quedó sin fuerzas al final (63-73).

Los puntos de Marc Gasol y Sergio Llull tras el descanso y la mejoría defensiva final permitieron el despegue de un equipo negado desde el perímetro, que solo anotó cuatro de sus treinta triples pero que al menos pudo salvar un marcador que peligró hasta mediado el tercer cuarto.

Tras lo visto en su estreno, quedaba la duda de si se vería la España de la primera parte frente a Túnez, que generó intranquilidad y pareció arrancar con el freno de mano echado, o la que tras el descanso avasalló a su rival en una exhibición coral que dejó muy buen sabor de boca a sus aficionados.

Y en los dos primeros cuartos sucedió lo primero. Volvió la España más espesa, a la que no le salía nada en ataque, falta de ideas y negada ante el aro, con unos porcentajes poco habituales en sus jugadores, lo que permitió a Puerto Rico soñar con repetir el triunfo que logró en 2002 en el Mundial de Indianápolis.

El choque empezó equilibrado, con ligeras ventajas de los caribeños ante una selección española que volvía a arrancar al ralentí y no funcionaba ni en ataque ni en defensa. Los cambios en el banquillo español paliaron algo la situación, pero si en el estreno el porcentaje de acierto desde el triple fue del 51 por ciento, en el primer cuarto bajó a un paupérrimo 13 por ciento (1/8) y los lanzamientos de dos tampoco resultaban alentadores (5/13).

En la reanudación España seguía negada desde la línea de 6,75, por lo que tiró de Pierre Oriola para, a base de garra bajo el aro boricua, evitar el despegue de una selección de Puerto Rico que hacía daño con los triples de Ángel Rodríguez. La brecha era mínima, pero las sensaciones eran muy diferentes en unos y otros y el partido transcurría entre pérdidas, imprecisiones y nuevos errores.

Hasta que llegó una suave reacción española que le bastó para enlazar un parcial de 9-0 con el que retomó el mando del partido. Aunque se fue a los vestuarios ganando por la mínima (35-36) perdía la batalla en lo anímico, rescatando sus miedos y desesperada por su desacierto, con unos porcentajes impropios de su calidad.

En los primeros veinte minutos solo anotó catorce de sus cuarenta lanzamientos a canasta (35%) y dos de sus diecisiete triples (12%). También perdía el rebote (24-21) cuando sobre el papel era muy superior en la pintura, con lo que se fue al descanso con malas sensaciones y mucho trabajo pendiente. Cinco puntos de Marc Gasol le dieron oxígeno para mantenerse arriba aunque los triples seguían sin entrar y el partido se mantenía muy abierto, con los boricuas a solo dos puntos en el ecuador del tercer cuarto y Sergio Scariolo pidiendo otro tiempo muerto para pedir seriedad.

A partir de ahí, España se aferró a Marc Gasol y tiró del acierto de Sergio Llull para ir cimentando su redención.