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Vuelta Ciclista a España 2019

Torrevieja abraza la Vuelta

La ciudad salinera da el pistoletazo de salida a la gran ronda ciclista española en el primero de los tres días alicantinos de esta edición

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Así vivió Torrevieja la primera etapa de la Vuelta Ciclista a España 2019

Con aroma de sal y el sol en el cielo dio la bienvenida ayer Torrevieja a la Vuelta a España, en el inicio de una edición que promete fuertes emociones. El enclave no falló a la apuesta de los organizadores y se pudo vivir un día intenso, en el que profesionales y aficionados convivieron hasta el pistoletazo oficial a la contrarreloj por equipos de 13,7 kilómetros que llevó a los ciclistas desde las Salinas hasta el puerto de la ciudad costera.

Este fue el final de fiesta en Torrevieja, pero la alegría se sintió durante toda la jornada del sábado, en la que la afición alicantina contrarrestó, de sobra, la ausencia de corredores de la provincia en la ronda por etapas más importante de nuestro país, más allá de Sandra Alonso y Manuel Peñalver en el protocolario corte de cinta. Los aficionados, contados por miles a lo largo de todo el recorrido, no fallaron a la cita y dieron color a las calles torrevejenses durante toda la tarde, creando su propia «serpiente multicolor».

En las aceras se mezclaban maillots clásicos del ciclismo nacional e internacional con los más modernos, tanto de los equipos actuales como de las grupetas y peñas ciclistas que acudieron a la salida. Entre ellas se hizo notar, por ejemplo, la que apoya a los hermanos Jon y Gorka Izagirre, que realizarán su particular Vuelta durante las tres próximas semanas.

Abuelos, padres, hijos y nietos formaban sus propias escuadras particulares en los alrededores de la salida, ávidos de encontrarse con los ciclistas de Movistar, Astana, Ineos, Jumbo y compañía. La ilusión de los más pequeños se acrecentaba al contemplarles pasar a su lado a una velocidad de vértigo, multiplicando las sensaciones a las que podían estar acostumbrados al verlos por la pequeña pantalla. También pudieron emularles en la primera etapa de la Vuelta junior, que contó con la participación de más de un centenar de niños y niñas.

Si el pelotón ciclista ya es, desde hace tiempo, un ejemplo de crisol de culturas, donde se mezclan desde españoles hasta australianos, el de aficionados no le anda a la zaga. En Torrevieja convivieron en una fiesta deportiva tanto los aficionados provinciales y nacionales como los de otros países. La expedición más numerosa era, sin duda, la colombiana, con banderas y camisetas de la selección de fútbol esparcidas por diversas zonas de la ciudad. Nairo Quintana, Rigoberto Urán y «Supermán» López fueron los más vitoreados por sus compatriotas, a la espera de poder conquistar una victoria en el podio final de Madrid. Sin embargo, el líder de aplausos en la previa del inicio de la Vuelta a España, como ya ocurriera en la presentación hace un par de días, volvió a ser Alejandro Valverde. El murciano paseó su inconfundible maillot arcoiris entre los vítores y ánimos de sus fieles incondicionales.

No estuvieron solos los colombianos: holandeses, belgas, daneses, británicos, franceses, noruegos, daneses y hasta algún uruguayo, pese a no ser este un deporte mayoritario en el país charrúa. Bicicletas de todo tipo y nacionalidades tomaron Torrevieja desde el centro de la ciudad hasta la zona habilitada para el asentamiento de los equipos.

Este «hospitality» fue el que aglutinó a un mayor número de seguidores, interesados en ver de cerca las «armas» de los ciclistas profesionales. Cada espacio destinado al autobús de un equipo tenía su encanto particular, desde el peluche gigante de un canguro boxeador que presidía el de los australianos del Mitchelton-Scott hasta la cercanía que se respiraba en los de los modestos e ilusionantes BH, Caja Rural y Euskadi-Murias.

Fiesta durante el recorrido

Con el paso de las horas, la fiesta ciclista se fue trasladando al recorrido de la contrarreloj por equipos de la primera etapa, que permitía observar la belleza de esta disciplina única en la que ocho corredores ruedan a la vez y se relevan para alcanzar el mejor tiempo posible en la línea de meta. No era ni la más dura ni la más larga, pero la afición no defraudó y se esparció por las calles de Torrevieja para que no quedara un metro sin aliento para cualquiera de los corredores que iniciaron ayer la Vuelta.

Y, como no podía ser de otra manera tratándose de una ciudad costera, el camino conducía al mar, enclave en el que terminó la etapa y se instaló la zona de meta, donde el público volvió a congregarse, tras darse el tradicional chapuzón veraniego por la tarde, para asistir a la llegada de cada equipo. Todos recibieron su merecido aplauso, desde el primero en salir poco antes de las siete de la tarde hasta el último en llegar, pasadas las ocho y media. Cuando el Movistar cruzó la línea de meta fue el momento de rendir tributo a los mejores del día en la zona de podio.

El desenlace de la crono por equipos fue el epílogo de la Vuelta a España en Torrevieja. Una experiencia breve, pero fructífera. Ya entrada la noche, la ciudad despidió a la caravana ciclista, que puso a rumbo a su segunda cita alicantina. La fiesta se traslada hoy a Benidorm y Calpe y la afición alicantina sigue dispuesta a paladear cada momento que depare esta Vuelta.

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