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Alicantinos en el paraíso

Tres nadadores de la provincia acaban entre los seis primeros en la travesía internacional disputada en la península filipina de Caramoan

Un instante de la prueba que tuvo lugar en Filipinas con la presencia de seis alicantinos. Información

La decisión estaba más que clara. Tocaba cambiar las sucias aguas del Ganges por las nítidas y repletas de corales de Filipinas, concretamente en la península de Caramoan, una zona que conjuga roca con arena blanca y conocida por el rodaje de «supervivientes». Un auténtico paraíso en el que se organizaba una prueba que este año celebraba su quinta edición, la «Swimjunkie Challenge», una travesía en aguas abiertas que va ganando en nivel con la presencia cada vez más numerosa de nadadores europeos, australianos y canadienses.

Cinco ilicitanos y un alicantino en Filipinas con la misión de nadar una prueba cada vez más conocida. La zona impresiona por su belleza. Aguas nítidas en un paisaje rocoso y numerosas islas deshabitadas en el horizonte. La prueba de 15 kilómetros, ganada por un nadador sueco, resultó de bastante más dureza que lo que se preveía inicialmente. El recorrido consistía en llegar a tres paradisiacas islas, pero las aguas deparaban varias sorpresas como la presencia de peligrosas medusas transparentes y de numerosas pulgas marinas que «picoteaban» a los nadadores continuamente. Las corrientes tampoco ayudaron a los participantes a los que les tocó luchar para superar los tramos más duros.

A Filipinas no ha llegado la «moda» de depositar plásticos en el agua y la limpieza de sus mares es absoluta. Además, más de 300 personas de la organización se encargaron de la seguridad de los nadadores durante la prueba desde el agua, algo muy difícil de ver en travesías españolas. Amplio despliegue y obligatoriedad de nadar con boya para la prueba más larga.

La amabilidad de la gente autóctona es una de las cosas que llama la atención desde las primeras horas en Filipinas. Todo son facilidades y más para los occidentales, poco habituales a ser vistos por aquellas zonas.

El país destaca por el fuerte sentimiento religioso, principalmente el cristianismo fruto de la presencia de los españoles hace alrededor de dos siglos. La competición, prevista para las cinco y media de la mañana, no podía comenzar sin antes dedicar unos minutos para el rezo. Silencio absoluto entre todos los nadadores en la orilla de la playa. Respeto máximo en un escenario idílico antes de arrancar una de las pruebas más esperadas de la península de Caramoan.

Seis nadadores de la provincia en la línea de salida. José Luis Larrosa, Emilio Arroyo y César Hernández, redactor de INFORMACIÓN, afrontaron la prueba larga de los 15 kilómetros, mientras que Irene Varó, Ana Isabel Jiménez y Adrián Navarro optaron por la de los 5 kilómetros.

Bocinazo y arranca la competición con una espectacular salida de los nadadores. Por delante cerca de cuatro horas de brazadas sobre corales y una amplísima variedad de peces. El reglamento obligaba a detenerse en cada una de las islas de paso para avituallar. Allí esperaban plátanos, agua de coco y bebida isotónica, sin olvidar crema solar, fundamental ante el fuerte calor.

El ilicitano Larrosa, que partió como uno de los claros favoritos a la victoria, se vio superado por un nadador sueco que prácticamente comandó la carrera de principio a fin. «Es una de las pruebas más bonitas que he nadado por la calidad del agua y los fondos», señaló el nadador que acumula competiciones en aguas abiertas por todo el mundo incluyendo dos victorias en las aguas del Ganges.

Tras Larrosa llegaron Emilio Arroyo (quinto y primero de categoría) y el que suscribe estas líneas (sexto y segundo de categoría) en un éxito de los alicantinos en Filipinas.

En los 5 kilómetros, una vuelta al circuito, Irene Varó y Ana Isabel Jiménez rozaron el podio mientras que Adrián Navarro consiguió un tercer puesto en su categoría. Sin duda, una bellísima prueba en un lugar recóndito para el que se necesita desde España casi tres días para acceder a las playas en las que se realiza la competición de aguas abiertas. Cuatro aviones, carretera y barco para llegar al auténtico paraíso. Quizás la comida sea el lado más problemático.

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