Sandra Alonso (Bizkaia Durango) ha dado un nuevo paso adelante en su trayectoria como ciclista al concluir su participación en el Giro Rosa que ha finalizado en Udine, tras diez etapas muy duras y un nivel de competencia máximo. Una prueba que ha ganado la neerlandesa Annemiek Van Vleuten, por delante de su compatriota Van der Breggen, y de Amanda Spratt, que le han acompañado en el podio. Entre las españolas, Ane Santesteban (WNT-Rotor) ha terminado como mejor clasificada en duodécima posición, mientras que Eider Merino (Movistar) ha sido decimosexta. Marianne Vos se impuso en la décima y última etapa de la carrera al superar en el esprint a Lucinda Brand.

La ciclista torrevejense ya estuvo en la edición de 2018 con el Bizkaia Durango y ha repetido en 2019 con la escuadra vasca. Su objetivo era el de aprender y el de verse metida en alguna escapada. La experiencia que se trae de tierras transalpinas a buen seguro de que en un futuro no muy lejano le servirá para codearse con las mejores, potencial tiene de sobra para conseguirlo si sigue la actual progresión. Además, tal como ansiaba cuando arrancó la prueba, con una contrarreloj por equipos en Cassano de Spinola, el pasado 5 de julio, fue capaz de meterse en varias fugas, que aunque no tuvieron un final feliz sí le sirvieron para autoconvencerse que puede estar ahí.

Nada más atravesar la línea de meta en Udine y con la satisfacción de haber acabado la competición confesaba estar “muy contento” de haber sido capaz de superar las mil y una trampas que reunía dicha vuelta en la que apenas hubo un kilómetro de respiro. Alonso agradecía al equipo “por haberme dado la oportunidad de volver a la carrera más prestigiosa del calendario”. La torrevejense apuntaba a continuación tener "la ilusión por las nubes” y confirmaba que “este año ha contado con algún punto más de exigencia, así que estoy muy contenta de haber finalizado la carrera y haber intentado pelear dentro de mis posibilidades a este gran nivel. Me voy sabiendo el potencial del pelotón internacional y conociendo que puntos tengo que mejorar para ir cada año subiendo un punto”.

Ya ha demostrado en los dos años que lleva en profesionales, en un pelotón como el femenino que está creciendo a pasos agigantados, que es capaz de ganar carreras, pero que tiene claro que si hay que trabajar para el equipo siempre está ahí para ayudar a sus compañeras. Se define como una corredora todoterreno, ya que en llano va bien, pasa bien las subidas no muy exigentes y también es rápida para los finales. Su ídolo es Anna van der Breggen, segunda en el podio del Giro Rosa 2019. De momento, está en otro piso superior la neerlandesa, pero sus virtudes no son tan diferentes. Anna tiene una gran capacidad para ganar cualquier tipo de pruebas. De momento, la torrevejense es una aprendiz, un diamante que pulir, pero que está creciendo en cada carrera. No tiene límites. En el ecuador del Giro, después del sufrimiento vivido en una etapa, reconocía en su cuenta de Twitter que "acepto los términos y condiciones para que me quiten años de vida". Al día siguiente estaba de nuevo en la salida ilusionada y dispuesta a seguir padeciendo. Es el camino que hay que seguir hacia la gloria y lo acepta.

Sin mucho tiempo para recuperarse del esfuerzo realizado en Italia, el sábado disputará la última prueba de la Copa de España Femenina en el Valle de Mena, el VI Gran Premio Muniadora. Y el domingo, tocará el Torneo Euskaldum, en Tafalla. Sandra Alonso aspira en estas dos pruebas nacionales a estar en lo más alto de podio.