Fernando Latorre (Alicante, 1973) vuelve a Benidorm para retomar el banquillo del equipo al que ascendió a Asobal hace cinco años y que para la próxima temporada recupera la filosofía de juego de este entrenador y bombero de profesión: apuesta por jóvenes con proyección, defensa muy agresiva para salir a la contra y muchas variantes en ataque.
P Dos años después de su marcha vuelve al Balonmano Benidorm y a la Liga Asobal. No le podía decir que no a este club...
R Efectivamente, para mí es el club de origen como entrenador y siempre le tienes ese cariño. Además, fue todo muy bonito. El primer año conseguimos el ascenso a Asobal, los dos siguientes fueron muy buenos en la máxima categoría: sextos y octavos. Los recuerdos son muy buenos, aunque es verdad que en el cuarto año los resultados no salieron. Son circunstancias que se pueden dar en un equipo de alta competición y pensé en aquel momento que el equipo se mantuviera como así fue. Y ahora, muy ilusionado con la llamada de un club en el que has estado a gusto.
P Estamos ante un nuevo Benidorm, que cambia su perfil de plantilla: ahora apuesta por jóvenes con proyección antes que por veteranos contrastados...
R Sí; y en realidad, es la misma filosofía que teníamos en mi primera etapa. Tal y como están estructurados el club y la Asobal, la prioridad son jóvenes jugadores talentosos y con proyección, que terminen de formarse con nosotros y de explotar antes que fichar jugadores consagrados. Lógicamente, en un equipo hacen falta las dos cosas: experiencia y juventud. Al final, esta fórmula mixta es la del éxito, aunque nunca sabes en qué proporción. Muchos de nuestros fichajes tienen una gran ilusión porque son debutantes en Asobal y eso nos tiene que dar un plus. Esa inexperiencia debemos suplirla con ilusión y con el apoyo de los veteranos, que también son importantísimos en este proyecto.
P ¿Cómo va a jugar su equipo la próxima temporada?
R Debemos jugar a partir de una defensa muy agresiva, profunda, con muchas disuasiones y apoyados en una portería que es muy completa. La defensa debe propiciarnos recuperaciones del balón, errores del rival y salida al contraataque. En ataque posicional debemos tener diferentes soluciones para adaptarnos a lo que nos propongan los rivales. Tenemos muchas opciones, que variarán en función del equipo y del estado de los jugadores.
P El objetivo sigue siendo la permanencia. ¿O se puede ser más ambicioso?
R Mantener la categoría no es un objetivo, sino una obligación. Somos un proyecto que ya está asentado, no podemos ser conformistas y tenemos que mirar hacia arriba. Hay otros cinco o seis equipos de nuestro nivel y depende del año, calendario, lesiones y momentos de forma el hecho de que estés entre los cinco o seis años de arriba; y en un año malo por estos detalles puedes bajar al duodécimo puesto. Hay que trabajar bien, con ilusión y siendo optimistas. Somos deportistas, queremos ganar y tenemos que mirar arriba. Quitando al Barcelona, no hay diferencias presupuestarias abismales con nosotros y se puede plantar cara. Mi objetivo es tener opciones en cada partido y plantearlos para poder ganar.
P O sea, que la aspiración de la octava plaza y la fase final de la Copa del Rey es asumible...
R Por supuesto que sí y vamos a pelear por ello, pero sin meternos presión innecesaria, como el año pasado. Esto no es un «play-off», en el que subes o bajas, sino una Liga regular, en la que cada partido es importantísimo. Tenemos que pelear cada partido y ver dónde estamos a final de Liga. Y lo mismo en la Copa, pero también depende de los cruces y el equipo que te toque. Vamos a pelear y aspirar a todo porque tenemos plantilla para que no nos afecte el cansancio y todos los jugadores puedan aportar. Sueño con la final a ocho de la Copa y mejorar el sexto puesto.
P La Asobal es un campeonato dual en el que el Barcelona compite fuera de concurso y luego están los demás, cada vez más igualados. No tiene pinta de que vaya a cambiar la cosa...
R No parece. Sí habrá equipos que cada vez intenten ponerle las cosas cada vez más difíciles al Barça, pero todos los años tiene uno o dos partidos complicados en Asobal que al final los soluciona. Y nosotros le solemos poner en aprietos. Es un súper equipo, al que es muy difícil plantarle cara, pero ya que tienes que jugar ese partido, merece la pena hacerlo al cien por cien. En el 80% de sus partidos el rival está derrotado de antemano y eso le facilita el trabajo.
P En lo tocante a apoyos económicos y sociales, cuesta mantener un equipo en Asobal en una ciudad como Benidorm...
R Sí, cuesta mucho. Siempre queremos más. Hemos fichado a un jugador este verano y nos lo han quitado en menos de dos semanas por el aspecto económico. Eso da rabia, pero hay que asumir el club en el que estás y valorar el apoyo del Ayuntamiento, de Servigroup y demás empresas. Aunque pueda parecer poco, para nosotros es mucho porque sin su respaldo no habría Balonmano Benidorm. Contentos con eso. Y con la masa social es una pelea constante la de traer más gente al pabellón, aunque el proyecto está asentado y toda la provincia lo conoce. Aún así, nosotros debemos hacer las cosas bien para seguir captando más atención.
P Con todo, la crisis que provocó el éxodo de los mejores jugadores españoles parece ahora menos acuciante...
R Sí porque el balonmano español es muy atractivo y de calidad y los que han jugado aquí lo saben y prefieren volver. En el extranjero puede que los salarios sean más altos, pero la calidad de vida en España es superior y hay jugadores fuera a los que no les merece la pena.
