La asamblea extraordinaria celebrada por el Club Baloncesto Elda en el salón de actos del Centro Cívico y Juvenil muestra la disparidad de criterios y divisiones que existe entre varios socios y la junta directiva presidida por Susana Herrera, algo que quedó patente hace un año con dos dimisiones importantes, los casos de Vicente Muñoz y Paco Camarasa, que intervinieron en la reunión.

A la asamblea convocada precisamente a petición de varios socios acudieron unas 60 personas para tratar un orden del día, que tan sólo tenía dos puntos. El primero dar a conocer el estado de las cuentas cuyo balance al 25 de junio pasado arroja un déficit de 3.100,51 euros amortizado por el superávit del pasado ejercicio que ascendió a 7.871,80 euros, según los números ofrecidos por el club, quedando todavía un saldo positivo de 4.771,29 euros.

La división se evidenció en el segundo punto sobre la situación de la dirección deportiva y la próxima temporada. Varios asistentes preguntaron por los honorarios de los entrenadores pero el club invitó a que lo solicitaran por escrito para mostrarles el libro de cuentas. Hubo un “rifirrafe” sobre la negativa a algún jugador que no le permitieron entrenar en determinado día de la semana.

Sin embargo, la crispación aumentó tras la no continuidad en el cargo de Joxan Botas, sustituido por Isidro Soria, entrenador del sénior masculino. No hubo respuesta por parte de la directiva, sólo se ciñó en que era una decisión del club, mientras que los socios y padres destacaron el trabajo realizado por Joxan Botas, ya que el club ha tenido cinco directores deportivos en dos temporadas, Juan José Torregrosa, Elio Cabanes (de forma temporal entre los ceses de unos y otros), Jaime Herrero, Joxan Botas y el último Isidro Soria, quien se vio obligado a responder a varias de las preguntas formuladas por los socios acerca de su trayectoria entrenando a equipos femeninos y su forma de trabajar.