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Sanju, el héroe que nunca dejó de creer

El trotamundos del fútbol modesto que firmó el ascenso de La Nucía a Segunda B a sus 40 años y en el último suspiro de su larga carrera

Sanju, el héroe que nunca dejó de creer

El destino y el fútbol -ese deporte único e incomparable por la incertidumbre del marcador- le hicieron el pasado domingo un guiño inolvidable al defensa y capitán de La Nucía Luis San Julián (Valencia, 14 de mayo de 1979), Sanju, un trotamundos del fútbol modesto que jugó en el Hércules de Granero en Segunda B en la temporada 2003-04 y también ha pasado por el Olímpic de Xàtiva, Huracán, Gandía, Racing de Ferrol, Terrassa, Algeciras y Valencia B, siempre en la categoría de bronce.

Corría el minuto 93 de la vuelta de la final por el ascenso a Segunda B y a su larga carrera futbolística le quedaban apenas 90 segundos de vida cuando la intuición para colocarse en el área del Linares y la providencia le permitieron rematar a media caída el balón que desató la locura en La Nucía. Ese gol histórico culminaba la remontada ante el Linares (2-1) y llevaba al equipo de la Marina Baixa por primera vez en sus 25 años de existencia a la categoría de bronce entre el delirio del Camilo Cano. Y en el último suspiro del partido y de su etapa como futbolista en activo, el tanto también recompensaba la trayectoria de este «currante» de 40 años y un mes, que ha disputado más de 500 partidos oficiales desde que debutó con 19 en el filial valencianista.

«Le comuniqué a mis compañeros hace dos o tres meses que tras este partido iba a colgar las botas y si yo hubiera escrito previamente un guion no habría sido tan perfecto como ha resultado en realidad», explicaba el central sobre el césped y tras la gesta. Le había pedido al vestuario un esfuerzo extra para intentar cerrar su carrera con un ascenso. Y el sueño se cumplió casi sobre la bocina. «Os podéis imaginar la alegría inmensa que tengo», explicó. «He tenido la suerte de que me cayera el balón ahí; no sé ni cómo le he dado, la verdad, y al final hemos conseguido lo que queríamos todos: hacer historia y que La Nucía esté por primera vez en Segunda B».

San Julián llegó hace dos años al conjunto nuciero procedente del Olímpic y al mismo tiempo que el centrocampista Jandro, el fichaje mediático del equipo, que había jugado la Liga de Campeones en sus tiempos con el Valencia y el Celta y que aparó todos los focos en su llegada al Camilo Cano. Mucho más inadvertido pasó Sanju, un «currante» del fútbol, del que se ha destacado con frecuencia que «rasca» mucho a los rivales y es de los más tarjeteados de la categoría, «pero apenas se habla de su entrega, su compromiso y de cómo lo da todo por sus compañeros en el campo», comentan en la entidad rojilla.

«El partido se nos puso cuesta arriba y no estuvimos bien hasta que nos marcó el Linares. A raíz de encajar su gol, reaccionamos y se vio a la verdadera Nucía», reconoce el futbolista valenciano, que tuvo que ejercer de líder en el campo para superar la adversidad y que su equipo alcanzara el más difícil todavía: «Tenía claro que éramos capaces de remontar su gol de penalti y así se lo hice saber a mis compañeros».

Convertido en el héroe inesperado de la final y del ascenso, San Julián fue aclamado sobre el césped y lo seguirá siendo durante mucho tiempo en La Nucía. «¡¡¡Sanju, quédate!!!» fue el último cántico que se escuchó en la noche del domingo por parte de la afición rojilla tras el éxtasis y la celebración, pero Luis ya tiene decidido y asumido su adiós al fútbol de competición oficial.

En este reparto de protagonismos también hay un sitio para el delantero de Petrer David Torres, que en su debut como jugador rojillo marcó el gol de la igualada en el minuto 70 y avivó la fe en la remontada. «Sí; el empate fue muy importante porque estábamos practicando nuestro mejor fútbol tras el golpe del 0-1 y nos dimos cuenta de que podíamos aspirar a la victoria. Yo creí siempre en la remontada», analiza San Julián.

Agradecido al fútbol y a la vida, Sanju reconoce que el apoyo de la hinchada nuciera, que abarrotó el Camilo Cano, fue determinante cuando la final se puso cuesta arriba y durante todo el «play-off» de ascenso. «Han sido viajes largos y jodidos, con mucho calor, y nos hemos sentido arropados», recalca. «Siempre han estado ahí y han creído en nosotros. A pesar de ir perdiendo nos siguieron animando y cuando empatamos nos llevaron en volandas hasta la victoria».

Ni las temperaturas sufridas en la ida en Linares, que provocaron sendos golpes de calor a los nucieros Fofo y Chaim, ni el gol del Linares en el arranque de la segunda parte, ni los descensos a Tercera con sus anteriores equipos (Olímpic, Huracán y Gandía)... Nada le hizo perder la fe a San Julián y el fútbol y el destino han premiado con creces su entrega. En la última curva de su larga carrera encontró la gloria del gol del ascenso porque Sanju nunca dejó de creer.

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