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Pim, pam, pum, traca

El Intercity irrumpió en el panorama futbolístico alicantino hace dos veranos en la anónima Primera Regional. Y habría seguido en silencio durante un tiempo si no hubiese sido porque junto al dinero de Facephi, la empresa del mecenas Salvador Martí, llegaba Eduardo Rodríguez como director deportivo.

El máximo goleador de la historia del Hércules, que recaló en el club junto a los exfutbolitas Miguel Marí y José Vicente Lledó, ponía la cara visible a un proyecto que poco a poco iba a coger un ritmo serio. Afincados en Sant Joan ascendieron a Preferente en el primer año y el pasado verano trataron de dar un doble salto hasta Tercera mediante la compra de la plaza del Novelda, pero el tiro resultó demasiado ambicioso. La Federación tumbó la maniobra y el Intercity se hubo de ganar el caché en los terrenos de juego. Para ello no escatimó. Llegó Paco Peña directamente del Hércules, que bajó dos peldaños de golpe. También lo hizo Álvaro García y, tras ellos, un largo etcétera durante la temporada: David López (ex del Athletic Club), Raúl Fuster e incluso el mundialista costarricense Diego Calvo.

Ahora, con el equipo en Tercera en tiempo récord y con el reto de ascender a Segunda en dos años, resulta cuanto menos imprudente prescindir de los servicios de Rodríguez, la cabeza pensante en lo futbolístico de un club que nació con dinero, pero sin ideas balompédicas. Más aún cuando el proyecto inmaculado de Rodríguez y compañía comenzaba a coger vuelo alto.

Con la incógnita de saber quién ocupará el sillón de la dirección deportiva, un espesor sobrevuela por vez primera al Intercity, que había superado sin sobresaltos en lo deportivo sus dos primeras campañas de vida. El tumulto aparece, además, en el momento más insospechado, cuando el cuerpo técnico ampliaba miras en busca de una profesionalidad inusitada para la categoría. Tanto, que otro histórico del fútbol alicantino, Paquito Escudero, se había perfilado como el segundo entrenador. Todo eso aparte de varios fichajes de campanillas que ya estaban a punto de cerrarse.

En el fútbol a un novato a veces le bastan un par de años para coger los peores vicios. El dinero sigue, el proyecto del «nuevo» Intercity queda por demostrar.

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