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El drama del fútbol base modesto

Los clubes de barrios alicantinos denuncian la carencia de instalaciones deportivas y un recorte en las horas por parte del Ayuntamiento. Solicitan a la concejalía que afronte la construcción de nuevos recintos ante la gran demanda en Alicante

Un grupo de jugadores de la SCD San Blas durante un entrenamiento en las instalaciones municipales del barrio alicantino. ÁLEX DOMÍNGUEZ

El problema histórico que sufre la ciudad de Alicante con la falta de instalaciones deportivas se agrava. Gran parte de los clubes de fútbol alicantinos, que utilizan los campos municipales para la práctica del deporte más popular en el planeta, denuncian que la carencia de recintos públicos impide a los equipos desarrollarse y crecer en número de jugadores, especialmente los clubes de barrios humildes.

Es por ello que reclaman al Ayuntamiento que afronte la situación y, además, rehabilite las instalaciones públicas ya existentes en Alicante. Algunos de ellos no han querido participar por miedo a represalias o han solicitado expresamente que no figure el nombre de la entidad, pero sí han contado su situación.

En la ciudad, cerca de 6.000 niños y niñas están federados por la Federación Valenciana de Fútbol, en equipos que compiten desde octubre hasta junio en la capital. Algunos lo hacen en instalaciones privadas, pero la mayoría se nutren de las horas que la concejalía de Deportes adjudica según el baremo municipal.

Precisamente, la normativa establece que el Ayuntamiento concede las horas en función del número de jugadores que tiene el club, siendo 15 el máximo de equipos que puede presentar una entidad para la solicitud de horas.

Este escenario enfada a algunos clubes, que señalan directamente a la concejalía por limitar el número de equipos e impedir su evolución, puesto que hay casos, como Barrio Obrero, que disponen de 23 equipos federados, desde prebenjamines hasta juveniles. Así lo expone su coordinador, Francisco Teruel, quien argumenta que si «el Ayuntamiento no da horas para los nuevos clubes, los históricos tendremos que crecer, pero si solo disponemos de espacio para 15 equipos, esto limita nuestra actividad, que también se ve mermada por la falta de instalaciones deportivas».

El club que entrena en el polideportivo de Garbinet cuenta en sus filas con 380 jugadores federados y 40 que no compiten.

Expone Teruel que solicitaron a la concejalía un total de 30 horas y han dispuesto de 21, utilizando también el Luis Gómez, junto a la Virgen del Remedio, «obligando a jugadores que son del barrio a desplazarse».

Barrio Obrero comparte instalaciones con el club Carolinas, cuyo presidente es Miguel Ángel García. Con 150 jugadores federados y 10 equipos en total que han competido esta temporada, afirman que su intención es crecer y pedir más horas aunque la concejalía no pueda adjudicarlas.

«Pedimos las horas justas porque no hay espacio para más, queremos progresar pero no nos dejan», señala García, quien denuncia además el mal estado de las instalaciones que hay en el barrio Plà-Garbinet.

El problema de las instalaciones sobreexplotadas se traslada a la mayoría de barrios alicantinos. Tómbola, San Blas y San Gabriel también denuncian una situación similar. En Tómbola, la situación del histórico club ha sido muy compilada esta pasada temporada, tal y como afirma su nuevo presidente, Raúl González. Este dirigente apunta que este año han competido en la entidad cerca de 110 jugadores y que este año trabajan para ampliar el número de equipos hasta llegar a los 200 futbolistas. González puntualiza que se encuentran con el problema añadido de que, además de disponer de menos horas de las solicitadas, han pedido la concesión de las instalaciones en detrimento de otro club que no pertenece al barrio.

«El fútbol base se ha convertido en un negocio y todo se mueve por intereses», sostiene el presidente del club, debido a que «algunos clubes solicitan horas para equipos que luego no compiten, y el Ayuntamiento lo permite».

En San Blas, otro club histórico como es la Sociedad Cultural y Deportiva, relatan que «han tenido que hacer encaje de bolillos para disponer de las horas solicitadas», pero destacan que durante los entrenamientos, se juntan varios equipos en poco espacio. Tiene que convivir en el polideportivo del barrio con dos clubes más de fútbol, como son el Atlético San Blas y el Inter de San Blas. Disponen de 13 equipos en total, con 18 horas semanales. Denuncian que con la demanda que existe en Alicante y la oferta de campos, «los entrenamientos pierden mucha calidad porque no caben todos los niños en los espacios adecuados para la práctica del fútbol», tal y como cuenta Raúl Brotons, del club sanblasino.

A la denuncia también se suman otros clubes de barrios que cumplen con las normativas de la concejalía y observan que otros equipos presentan más números de jugadores de los que realmente disponen para conseguir más horas, mientras ellos salen perjudicados.

Dentro del problema de la falta de instalaciones, se suma la carencia de pabellones municipales y campos techados para los días lluviosos. Desde el Racing San Gabriel solicitan al Ayuntamiento que afronte la construcción de pabellones para los barrios en un futuro próxima y «cubra» las instalaciones como ya ocurre en muchos municipios vecinos. Además, los equipos también piden al Ayuntamiento que no cobre a los clubes por entrenar en campos municipales, ya que en Elche, San Vicente y Sant Joan no pagan.

Gayo: «Trece campos de fútbol»

Por su parte, la exconcejal de Deportes del Ayuntamiento de Alicante, la popular Marisa Gayo, explica que desde su llegada a la concejalía, se encontraron con la «necesidad de poner un tope de 15 equipos por clubes para conseguir una óptima distribución de las horas disponibles».

Explica Gayo que es consciente del problema histórico que sufre Alicante sobre la carencia de instalaciones pero apunta que esta temporada «ningún club se ha quedado sin horas». Niega, entonces, que se haya recortado el tiempo de entrenamiento y resalta que la ciudad dispone de 13 campos de fútbol. «Siempre ponemos como ejemplo localidades como Elche o La Nucía pero nuestro presupuesto es bastante inferior», añade la exedil, quien reconoce que «sería bueno empezar a pensar en no cobrar a los clubes por entrenar».

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