El capricho de unos pocos, amparado en las horas de dedicación y en la sistemática aportación económica a fondo perdido, ha derivado en una escenificación de absolutismo del «Rey Sol» abocando al histórico Deportivo al temido retorno a la Tercera División tres lustros después. El diseño de la plantilla atendiendo a intereses personales, la escasa implicación del vestuario -salvo honrosas excepciones- hasta el cese de Vicente Mir y la pérdida de potencial a causa de la plaga de lesiones, han sido los puntos de apoyo de una catástrofe que se intuía desde el pasado curso. Continuar por los mismos derroteros podría acarrear el apalancamiento en una categoría de la que costó ocho años salir la última vez.
Organigrama
Carencia de la figura de un director deportivo
La denominada área deportiva del Alcoyano, integrada como actores principales por el presidente Juan Serrano, el gerente Fernando Ovidio y el agente Miguel Hita, carece del perfil de un director deportivo, figura esencial en el fútbol moderno y que proporcionó excelentes resultados de la mano de Toni Torres con un ascenso a Segunda División en 2011. El desenlace de la temporada ha demostrado que la buena voluntad, la intuición, el interés personal o los vídeos de YouTube no son ingredientes suficientes para elaborar un plantel competitivo.
Mismos errores
El mercado de invierno no se aprovecha para mejorar
Los movimientos efectuados durante el mes de enero tampoco ayudaron a compensar el plantel, quizá por la repetición de los errores cometidos en mercado estival. Antonio Pino, delantero procedente de El Ejido, se presentó como único refuerzo y como antídoto a la sequía goleadora. La falta de continuidad le llevó a anotar dos tantos. El club dejó salir a los extremos Alberto Rubio y Niko a cambio del juvenil camerunés Yvan Gombo, inédito.
Desconfianza
La falta de paciencia lleva a cambiar tres veces de técnico
El Alcoyano empieza a ser conocido como «triturador de entrenadores». No basta con un relevo, esta temporada han sido necesarios tres entrenadores para firmar la sentencia de muerte. La falta de paciencia y nula confianza con el responsable del banquillo, da igual de quién se trate, condujo a plantarse la destitución de Mario Barrera tras el encuentro de ida del play-out en Vigo. Era un secreto a voces que no iba a continuar aún sellando la permanencia por segundo año consecutivo.
Escasa efectividad
El bajo promedio goleador, determinante en el play-out
El Alcoyano se despidió de la Segunda División B sin ser capaz de materializar un gol en la eliminatoria de play-out contra el Celta B. Este pobre dato realizador es un fiel reflejo del conjunto de la temporada regular que situó al Deportivo como uno de los equipos menos realizadores del grupo III. Rubio, que solo ha contado para Barrera, se ha erigido en el pichichi del plantel con tan solo seis dianas.
Falta de concentración
Errores puntuales lastran el sistema defensivo
Miguel Bañuz solo consiguió dejar la portería a cero en once ocasiones en el transcurso de la competición regular y solo en tres (Hércules, Sabadell y Espanyol B) sirvió para anotarse los tres puntos. La zaga, marcada por los continuos cambios, no estuvo a la altura en partidos clave cometiendo errores impropios de un equipo que aspiraba a eludir el descenso. Barrera aportó algo más de estabilidad, aunque no consiguió dar con la tecla para evitar encajar en el momento más decisivo.
Lesiones
La práctica totalidad del plantel pasa por la enfermería
El rosario de lesiones musculares ha supuesto un obstáculo más a lo largo de la temporada para un equipo ya de por sí limitado. La dificultad para cubrir las convocatorias ha sido el denominador común durante un gran número de jornadas. Futbolistas importantes caso de Tomás Ruso, Nieto, Anaba, Córcoles u Óscar Díaz, entre otros, han carecido de protagonismo por este motivo. Otro de los aspectos a mejorar pasa por la prevención y por acortar los plazos de recuperación en la enfermería.
Fuga de puntos
El campo de El Collao pierde la vitola de fortín
El feudo alcoyano ha dejado de ser el permanente aliado del Deportivo. Las dos últimas temporadas se han caracterizado por la sorprendente facilidad con que los rivales han pescado puntos en un campo de los más exigentes y difíciles de la categoría. La salvación se ha escapado en casa por dos veces, pese a contar con el respaldo de 4.000 espectadores. Los blanquiazules se despidieron de la Liga regular totalizando 23 puntos en casa, una cifra insuficiente para pensar en objetivos de mayor calibre.
Futuro
La estabilidad, pendiente de otra ampliación de capital
A falta de cuadrar las últimas partidas, el Alcoyano echará el cierre al curso con el desfase habitual de 200.000 euros. La solución ha llegado hasta ahora en forma de ampliación de capital por lo que se supone que habrá una cuarta para tratar de absorber los números rojos y hacer frente a los pagos más inmediatos, plantilla y cuerpo técnico incluidos. La duda estriba en saber quién asumirá el relevo en la adquisición de las nuevas acciones si los habituales no ejercen el derecho tras el desplome de categoría.
