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Las dos caras de Tebas

Estos son mis principios. Pero si no gustan (o en algún momento no me convienen), tengo otros». La cita de Groucho apareció de inmediato al escuchar a Javier Tebas en el telediario. La última denuncia de amaños surgida en su ciudad, Huesca; en su casa, la Sociedad Deportiva Huesca: en el club de sus amigos, los también oscenses José Antonio Martín Petón y Agustín Lasaosa, recibía una condena distinta por parte del presidente de la Liga de Fútbol Profesional que la que se encargó de esparcir cinco años atrás, en el «caso Racing-Hércules» de la campaña 2012-13, encuentro de idéntico perfil al reciente Huesca-Nástic que ahora queda señalado. Aquel partido disputado en el Sardinero, último de Liga, con el Hércules con la permanencia asegurada, quedó bajo sospecha por las casas apuestas, que le atribuyeron nivel 4 sobre 5 -que le delataba como amañado- tal y como ha sido catalogado el partido del Alcoraz disputado en la última jornada de la pasada Liga de Segunda, que ha dado pie a las detenciones. Hace un lustro, este periódico entró en el terreno de la batalla con Tebas al defender que toda condena por el presunto fraude cometido debía recaer sobre los jugadores que, tras minuciosa investigación, quedaran identificados con el escándalo, pero nunca sobre el club, que no se jugaba nada en aquel cuadro y, por lo tanto, nada tenía que ganar con el amaño. Todo lo contrario que esgrimía entonces el máximo dirigente de la LFP, quien, horas después de desvelarse el escándalo en julio de 2013, proponía «expulsar de la competición» al Hércules, un club que le trasladaba sensaciones similares a las que aporta una piedra en un riñón a raíz de pasados enfrentamientos con Enrique Ortiz y Quique Hernández. Ayer, en el telediario, Tebas cambiaba de opinión haciendo suya la tesis que cinco años antes no contempló: «Cuidado», dijo, «hay que diferenciar lo que es una actuación delictiva que produce beneficio al club, de una actuación delictiva que produce beneficio a un jugador o a un empleado del club». Sí, Javier Tebas, por fin estamos de acuerdo, ahora que el perjudicado no es Ortiz sino Petón, ahora que se trata del Huesca, no del Hércules. Malditas hemerotecas.

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