El Orihuela ha terminado la liga regular exhibiendo su mejor nivel, goleando al Alzira (4-0) en un partido en el que ninguno de los dos se jugaba nada, y logrando el récord de 21 partidos consecutivos sin perder, tras mantenerse toda la segunda vuelta del campeonato invicto.

Miguel Ángel Villafaina utilizó el partido para compensar en minutos a jugadores de cara a que todos tuvieran el ritmo necesario de cara a la eliminatoria de campeones de promoción de ascenso.

También hizo varios cambios en el dibujo táctico, quizás con la intención de buscar la seguridad necesaria de cara a cualquier situación que se pueda dar en el «play-off». Después de lo visto, tanto la afición oriolana como el propio técnico, pudieron quedar tranquilos de que juegue quien juegue no baja en ningún momento el nivel de un equipo que ha llegado al momento decisivo de la temporada en un estado de forma excepcional.

Los oriolanos no dieron tregua y dieron muestras de una gran efectividad de cara a puerta para cerrar, con una goleada, una liga regular en la que ha dejado números, como campeón, que tardará mucho tiempo en que alguien pueda igualar o superar.

Lo más importante, al margen del resultado puesto que ningún equipo se jugaba nada, fue que no se produjo ningún lesionado y que Villafaina cuenta con todos sus efectivo para encarar la eliminatoria de ascenso.

El Orihuela queda ahora pendiente del sorteo que tendrá lugar el lunes por la tarde.