El HLA ya tiene su fecha para la historia. El resucitado Lucentum de Toni Gallego vuelve a asomar la cabeza entre los 36 mejores equipos del baloncesto patrio. Y lo ha hecho con un ritmo rutilante, a golpe de triunfos y con la ciudad de Alicante nuevamente de su lado.

La hazaña se antojaba para el próximo fin de semana, pero el júbilo no pudo esperar. El HLA de Pedro Rivero esquivó el suspense a las primeras de cambio y elevó su órdago al Villarrobledo, su infatigable compañero en la cabeza de la tabla que sufría al mismo tiempo para imponerse en casa al penúltimo Juaristi.

La fortaleza defensiva de los alicantinos y su tino en ataque dejaron encarrilado el triunfo en el pabellón Pedro Ferrándiz y desvió toda la atención a los transistores, hoy móviles de última generación en busca de noticias de lo que pasaba en Villarrobledo. Lo que despedía la retransmisión online del partido, bien por vídeo, bien por redes sociales, era inmejorable. El Juaristi estaba por la labor.

La afición, liderada por la incansable y meritoria Kali Nord, empujó desde el inicio. Cuatro mil espectadores poblaron un Centro de Tecnificación con aroma de gran faena. Al descanso, no obstante, se llegó con todo por decidir: 31-25 a favor del HLA. Se abría un hueco a la machada porque el Villarrobledo caía 23-25, pero ni siquiera el choque ante el Navarra del experimentado Sonseca estaba resuelto.

La anécdota del Juaristi dejaba de serlo al término del tercer cuarto. Los vascos seguían al frente (42-47) en Villarrobledo y el partido se desarrollaba más rápido que lo que ocurría en Alicante. Si finalizaba como se presumía iba a haber alirón en el Ferrándiz antes de acabar. Y así fue.

A las 21.37 horas el HLA ya era equipo de LEB Oro. A su partido todavía le quedaban algo más de tres minutos pero el Juaristi había obrado el milagro. La afición alicantina estalló de felicidad. Muchos bajaron de sus asientos y coparon parte de las bandas a la espera del pitido final. Se preveía invasión. Y el pabellón comenzó a cantar.

La élite en mente («Volveremos a ACB»), atronadora celebración de una canasta incontestable de Larsson y Pedro Rivero todavía impasible, ajeno al ruido de la Manta al coll.

Un palco repleto de abrazos

Frente al banquillo, un palco feliz. El presidente del HLA Alicante, Toni Gallego, apuraba los últimos segundos con su hija sobre sus piernas. A escasos metros, su mujer, con sonrisa cómplice y brillo en la mirada. Fue el primer beso, el primer abrazo de una noche de celebración continua. Muy especial fue la felicitación de Concepción Giner, directora médica de HLA Clínica Vistahermosa, el aliento económico de este equipo en alza.

Caras conocidas en la grada

El palco de autoridades estuvo repleto de diferentes colores políticos. Natxo Bellido, de Compromís, fue uno de los primeros en felicitar al presidente. También estuvo la socialista Eva Montesinos; Fernando Llopis, de Ciudadanos; y la todavía concejala Marisa Gayo. Además, también estuvo presente Kuko Cruza, técnico del último ascenso del club, a EBA en la temporada 13-14.

Los jugadores del Lucentum eran una piña y cada cambio era una incitación a la ovación. Así la recibió Pitts, uno de los más deseados por una afición que invadió el parqué.

Las canastas se quedaron sin redes, máximo objeto de coleccionista en un ascenso. La plantilla bañó al técnico Rivero, primero en la pista y después en los vestuarios. Con agua fría, todo sea dicho, por una avería que se había extendido durante toda la semana.

La celebración continuó en la plaza de los Luceros, adonde llegó la plantilla sobre un Turibús que esperaba en el Pedro Ferrándiz.