Había que ganar en Santander como fuera. La victoria del sábado del Villarrobledo obligaba al HLA a no fallar para seguir al frente de la clasificación a falta de sólo cuatro jornadas para el final. Todo apunta a que será necesario ganarlo todo para conseguir el ascenso por el camino corto. El mano a mano entre HLA y Villarrobledo va a ser terrible. Nadie cede y el premio de la LEB Oro. Pero ninguna muñeca parece temblar pese a que la presión es cada vez mayor. Los alicantinos acribillaron a los cántabros a triples. Hasta 13 lanzamientos de larga distancia anotó el conjunto de Pedro Rivero para sentenciar un partido extraño en el que desperdició una renta de 14 puntos en el segundo cuarto. Cualquier situación de peligro fue contestada con rotundidad por el HLA. Cuatro triples de Pitts y otros cuatro de Garrido dieron aire más que suficiente para sumar una victoria en la que no fueron necesarias las habituales dosis de sufrimiento. El dominio del rebote fue abrumador por parte del HLA y una de las claves del triunfo lucentino. 27 rebotes cogieron los locales por 46 de los visitantes. Un dato que describe la intensidad con la que se emplearon los alicantinos.
La tercera personal de Boubacar Sidibe en el primer cuarto pudo ser un importante contratiempo para el HLA, pero Larsson ocupó su puesto y se convirtió en el gran dominador de la pintura y las primeras ventajas comenzaron a llegar con un enorme triple de Garrido para cerrar el primer acto con un abultado 18-27 tras un parcial de 0-9. La dirección de Pitts y sus dos triples consecutivos obligaron al Cantabria a ir a remolque en el marcador.
El dominio del HLA en el segundo cuarto fue absoluto. Control del rebote, freno al juego interior de los cántabros y otros dos triples seguidos de Pitts para alcanzar una renta de 14 puntos (32-46). Los jugadores de David Mangas reaccionaron a tiempo para evitar que se les escapara el partido y aumentaron la intensidad, especialmente en la faceta defensiva, para llegar al descanso por debajo de los diez puntos de diferencia (37-46).
El Cantabria sorprendió a los alicantinos en el arranque del tercer cuarto. Un parcial de 12-3 empató el marcador a 49. Pero el HLA no se volvió loco. Aumentó su intensidad defensiva y no dejó bajo ningún concepto que su rival que pusiera por delante. El rebote ofensivo fue fundamental para que Garrido anotara un triple que no esperaba el Cantabria. Como tampoco esperó los posteriores de Schmidt y Toledo para alejarse un poco más en el marcador e impedir cualquier acercamiento del Cantabria. De nuevo, un triple en los instantes finales de Kike Garrido cerró el tercer cuarto manteniendo la misma diferencia (55-64) tras un 6-15 de parcial.
Todo parecía controlado en los últimos diez minutos del partido, pero Pedro Rivero no se fiaba de la tímida reacción de los cántabros (61-67) y pidió un tiempo muerto para evitar cualquier duda. Un triple de Schmidt (3 de 8) daba carpetazo definitivo al partido pese a que el Cantabria daba sensación de poder remontar. El único aspecto negativo en el tramo final del partido fue la lesión de Álex Larsson, pendiente de pruebas y siendo dudoso para el partido de este viernes (20.45) ante el Aquimisa.
Cuatro partidos para el desenlace final. Solo uno asciende de forma directa a la LEB Oro y el HLA depende de él mismo para conseguir la primera plaza.
