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Alicante corona al Barça

El conjunto azulgrana conquista su sexta Copa del Rey consecutiva tras arrollar al Cuenca en un Pitiu Rochel con más de 1.200 aficionados

Syprzak en un lanzamiento. jose navarro

El Pitiu Rochel fue testigo de un nueva lección del Barcelona, que ayer conquistó su vigésimo tercera Copa del Rey, la sexta consecutiva, tras arrollar a un Cuenca que sólo pudo resistir 25 minutos. La velocidad de los jugadores azulgrana, las infinitas paradas de Pérez de Vargas y la potente defensa azulgrana, hizo que la final careciese de emoción y la segunda parte fuera un baño en toda regla del Barcelona. Esta vez el pabellón estaba lleno con un numeroso grupo de seguidores del Cuenca que se fue apagando conforme la diferencia se fue ampliando inevitablemente en el marcador. Impotencia absoluta de un rival que se quedó sin fuerzas tras el descanso y que sólo pudo sonreír durante los primeros minutos. El 3-4 que lucía el electrónico en el minuto ocho a favor del conjunto conquense parecía un espejismo. Hasta ese momento el Barcelona fue tuteado por un conjunto que tenía la inspiración del guardameta argentino Leo Maciel, uno de los héroes de esta Copa del Rey, que con sus intervenciones no sólo evitó el despegue azulgrana, sino que incluso permitió al conjunto conquense situarse por delante. Pero Aleix Gómez se encargó de solventar a la mínima de cambio cualquier pequeña duda y a base de velocidad volvía a poner por delante al Barcelona (12-8).

Lejos de arrojar la toalla, el equipo de Lidio Jiménez mantuvo fe en sus posibilidades y con un parcial de 0-3 con grandes lanzamientos de Thiago Ponciano se acercó con un sorprendente 12-11. Pero ahí se acabó todo. Un arreón final de los azulgrana en los últimos cinco minutos de la primera parte dejó casi todo resuelto. 16-12 y al descanso.

El Barcelona sacó lo mejor de sí mismo en la segunda parte y demostró que la distancia que mantiene con cualquier otro equipo de la Asobal es abrumadora. El guardameta blaugrana Gonzalo Pérez de Vargas sacó a relucir su talento en un par de acciones clave y, además, el extremo Víctor Tomás sentenció con sus goles al contraataque para acabar con la moral del Cuenca, que sólo pudo anotar dos goles en 11 minutos.

La intensidad azulgrana se mantuvo en todo momento, no había tregua en esta final y con las múltiples rotaciones que acostumbra Xavi Pascual el partido fue un auténtico monólogo con el Cuenca como invitado.

Los azulgrana corrían y corrían con jugadores de inmensa calidad. Ilic (5 goles) y Tomás (7 goles) comandaron los contraataques para doblar en el marcador al Cuenca (32-16). El cansancio acumulado después de tres días pesó enormemente en el conjunto de Lidio Jiménez y sus lanzamientos ya no eran los de la primera parte.

El Pitiu comenzó a m0ntarse la fiesta por su cuenta con la clásica «ola» en la grada porque ya había un campeón sobre la pista. Los jugadores azulgrana comenzaron a celebrar el título sin demasiada efusividad por lo esperada de la noticia. Merced a su reciente conquista de la Liga ASOBAL, la novena consecutiva, el Barça prolongó un enorme dominio y obtuvo su vigésimo tercer título de la Copa del Rey. Se convirtió en su sexto título de la presente temporada, pues en sus vitrinas ya figuran la Supercopa de Catalunya, la SuperGlobe, la Supercopa ASOBAL y la Copa ASOBAL.

Ovación del pabellón alicantino que cierra de esta forma tres días de balonmano de élite en Alicante cumpliendo las expectativas de ver coronar al Barcelona en la competición. El Pitiu Rochel ha vestido sus mejores galas con una considerable transformación en casi todas sus dependencias. Llenazo en la gran final y excelente ambiente.

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