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La tragedia del Chapecoense

Superviviente del Chapecoense: "Doy las gracias por seguir vivo"

Rafael Henzel, uno de las seis personas que lograron salir con vida del siniestro en el avión que llevaba al club brasileño, recuerda el accidente

Henzel, en la presentación del documental 'Nossa Chape'.

Rafael Henzel (45 años) es uno de los seis supervivientes de la tragedia del Chapecoense, el accidente aéreo en el que perdieron la vida, el 28 de noviembre de 2016, 71 pasajeros que volaban a bordo del avión de este equipo brasileño. Su mirada es la de un hombre agradecido con la segunda oportunidad que le ha brindado la vida, aunque en su discurso aparecen reproches por las "negligencias" que rodearon un siniestro que conmocionó al fútbol mundial. "Solo pienso en seguir mi vida. Aquel no era nuestro momento de morir, sino de vivir", dice.

Henzel, periodista de profesión, ha estado en Bilbao esta semana para presentar el documental 'Nossa Chape', un trabajo que recuerda aquellos hechos y su impacto en una ciudad, Chapecó, de pequeño tamaño y fuertemente ligada a un club joven -fue fundado en 1973- que sorprendió por sus éxitos en la última década. Tres futbolistas, una azafata y un mecánico, además de él mismo, fueron los supervivientes de aquel accidente en el vuelo que trasladaba al club desde Sao Paulo a Medellín, en Colombia.

Un total de 71 personas perdieron la vida en el accidente aéreo del Chapecoense en Colombia. EFE

El avión, un chárter operado por la aerolínea boliviana Lamia, se estrelló muy cerca del aeropuerto de la ciudad colombiana, cuando se quedó sin combustible. El Chapecoense se dirigía a Medellín para disputar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana, una competición similar a la Europa League, frente al Atlético Nacional. Tras aquella tragedia, tanto el club rival como la organizadora del torneo, la Conmebol, decidieron otorgar el título al equipo brasileño. "Fue un gesto de 'fair-play' mundial", elogia el periodista.

"Nunca pensé en morir. Tenía muchos cortes en la cabeza y no veía nada. Solo gritaba 'ayudarme, ayudarme'. Después, escuché a una enfermera acercarse. Habían pasado cuatro horas"

Rafael Henzel, periodista y superviviente del accidente de avión del Chapecoense

"El Chapecoense estaba donde nadie esperaba. En una final. Y nos quitaron aquella posibilidad por una serie de negligencias y de errores. No había suficiente combustible, no nos dieron información durante el vuelo... Errores que costaron la vida a 71 personas", dice Henzel, al que se le adivina un rictus de emoción cuando recuerda aquella noche. Pero no tiene problemas en rememorar. Como él mismo subraya, "sólo dejé de hablar del accidente cuando estaba intubado. Hablar me ha ayudado".

"Nadie comentó que había problemas por falta de combustible. De repente, en pleno vuelo se paran los motores. Me coloco el cinturón de seguridad. Las luces del avión se apagan y volamos con las de emergencia. El avión empieza a planear y poco antes de llegar a la pista del aeropuerto de Medellín se parte en dos. Yo estaba en la penúltima fila. Los que viajan detrás y al lado mío murieron. Nunca pensé en morir. Tenía muchos cortes en la cabeza y no veía nada. Solo gritaba 'ayudarme, ayudarme'. Después, escuché a una enfermera acercarse. Habían pasado cuatro horas", resalta Henzel, que trabaja como locutor de radio en una emisora de Chapecó.

Tráiler oficial del documental 'Nossa Chape', presentado esta semana en el festival 'Thinking Football' que organiza el Athletic de Bilbao. YouTube

Tras varias semanas hospitalizado, Henzel regreso a su empleo a los 40 días del accidente a pesar del consejo en sentido contrario de los médicos. "Tenía siete costillas quebradas, los pulmones perforados, lesiones en los pies... Pero hoy estoy de nuevo trabajando y no tengo traumas psicológicos. He tenido una segunda oportunidad de vivir. No puedo quejarme, no sé por qué sigo vivo, solo puedo dar las gracias por ello".

El día a día del Chapecoense no ha sido sencillo desde aquel día. Durante todo el año 2017, con la tragedia aún reciente, el club recibió el préstamo de jugadores para completar su plantilla y dispuso de ayuda para pagar los salarios de sus futbolistas. Incluso fue invitado a disputar el torneo Joan Gamper en el Camp Nou ante el Barcelona. Pero las dificultades han asomado de nuevo en el último año. No obstante, el club se mantiene en la primera división brasileña y su estadio se ha convertido en un santuario de recuerdo a las víctimas. "El campo es como un velatorio colectivo. Muchas personas van a la cancha para rezar. El Chapecoense ya convive con su historia. Pero no podemos quedarnos únicamente con el sufrimiento. Debemos dar un paso adelante. Yo solo pienso en el día a día, en seguir mi vida", concluye Henzel.

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