El triunfo del pasado sábado en el Bernabéu por 0-1 -tres días después del 0-3 en la Copa- admite todas las lecturas en clave barcelonista, las principales: que prácticamente descarta al Real Madrid de la lucha por LaLiga (ahora a 12 puntos más el «average»), así como el dominio de los azulgranas en el balance histórico de clásicos. Mientras, los blancos vivieron un ejercicio de impotencia y falta de pegada, que deja a Gareth Bale sentenciado, a Santi Solari señalado y Sergio Ramos escenificando el mal momento del vigente campeón de Europa.

1. Cambio de guardia

El Barcelona vuelve a superar a los blancos 87 años después

Disputados 242 clásicos en toda la historia y en varias competiciones, el Barça ha superado en el balance de victorias a los madridistas. Con la del sábado son 96 los triunfos de los azulgrana por 95 del Real Madrid y 51 empates. Esto no ocurría desde 1932.

2. Hegemonía

2. HegemoníaOnce triunfos blaugranas en los últimos 17 partidos en Madrid

El balance es muy favorable para los catalanes en los últimos partidos, pero es una racha con recorrido en el tiempo. En los últimos 15 años, el Barça se ha llevado del Bernabéu en las diferentes competiciones 13 triunfos en 22 partidos, con 48 goles a favor y 33 en contra, unos números más propios como local que como visitante. La del sábado es la cuarta victoria consecutiva liguera de los azulgranas en Madrid.

3. Líder blaugrana

3. Líder blaugranaEl magnífico partido de Piqué y la confirmación de Lenglet

Un tuit de Shakira resume el partido de Gerard Piqué: «Mi marido hoy un espectáculo!». El central barcelonista estuvo excelso, taponó la hemorragia que le supuso Vinicius en el partido copero, ayudó a Sergi Roberto en las coberturas y estuvo muy bien en la salida del balón. Su compañero en el eje central, Clement Lenglet, también fue uno de los destacados. Entre ambos impidieron que Ter Stegen fuera protagonista como lo fue el miércoles en la semifinal de la Copa.

4. CR7, sombra alargada

4. CR7, sombra alargadaEjercicio de impotencia de un Madrid con fe, pero sin pegada

Como le ha ocurrido varias veces esta temporada, el partido podría haber durado un día entero que el Real Madrid no habría marcado un gol. A cero por segundo clásico consecutivo. Sin un rematador en la zona del «9» y nadie capacitado para desequilibrar un duelo de altura. La impotencia madridista que se respiró en el Bernabéu nació de su falta de gol. Una mala planificación veraniega, sin respuesta en el mercado a la salida del jugador que aseguraba más de 40 tantos por curso, Cristiano Ronaldo, y con el único «9» puro de la plantilla, Mariano, en la grada. Al equipo de Solari le sobró entrega pero le faltó calidad. Por debajo de un dominador Barcelona en todos los aspectos del juego.

5. Sentenciado

5. SentenciadoEl Bernabéu sentencia a un Bale

Fue la apuesta de Solari en busca del gol perdido en un Madrid que en el momento clave de la temporada se queda seco. El galés se instaló en la derecha, donde su influencia en el juego se rebaja, y apenas entró en juego. Además, su aportación defensiva menor en comparación con Lucas Vázquez, provocó el desgaste en otras tareas de Luka Modric para intentar poner freno a las subidas de Jordi Alba. Desequilibrio táctico y aportación nula de un Bale que ya ha acabado con la paciencia de la afición madridista. Tras demostrar las razones de su condición de suplente fue despedido con una sonora pitada cuando fue sustituido. Sus días de blanco parecen contados. De tener que asumir el liderazgo de Cristiano, a situarse el primero en la rampa de salida del club en el próximo mercado.

6. Capitán desquiciado

6. Capitán desquiciadoRamos, nervioso y superado, encarna la mala racha blanca

El capitán madridista falló en el gol que decidió el clásico, con Rakitic ganándole la espalda y llegando tarde para evitar su definición repleta de clase. Y fue el reflejo de la impotencia con un codazo en el rostro de Messi que puso la poca polémica a un clásico desigual. Acabó viendo una nueva cartulina amarilla que le provoca sanción también en LaLiga. Sumada a la de Liga de Campeones, provocará dos semanas fuera del foco de la competición para recuperar fuerzas y su mejor nivel. Un Real Madrid sin referentes le necesita.