El alicantino Jorge Ureña, de 25 años, se proclamó el domingo a lo grande en Glasgow campeón de Europa de heptatlón, la combinada masculina en pista cubierta, con un total de 6.218 puntos, dos años después de conseguir la medalla de plata en la misma competición en Belgrado.

El decatleta de Onil, que cerró la combinada ganando la carrera de 1.000 metros, se impuso al británico Tim Duckworth, plata con 6.156, y al ruso Ilya Shkurenyon, que competía como neutral, bronce con 6.145.

Se trata de la tercera medalla de un español en combinadas de unos Europeos bajo techo: Antonio Peñalver logró la primera -un bronce- en Génova'92, y hace dos años el propio Ureña ganó plata en Belgrado.

Entrenado por su padre, José Antonio, antiguo atleta, al alimón con Jesús Gil, el combinero de Onil se colgó la medalla de oro al tercer intento, después de haber sido séptimo en los Europeos bajo techo de Praga 2015 y segundo en 2017.

El nuevo campeón continental bajo techo se resarce, de este modo, de su eliminación en los Europeos al aire libre de Amsterdam 2016 cuando iba segundo del decatlón, tras cometer un cero en disco.

El pasado sábado Ureña comenzó con 6.96 en los 60 metros lisos, a cinco centésimas de su récord, que le otorgó 897 puntos y el tercer puesto en la general, por detrás de sus compañeros de serie el estonio Karl Saluri (973) y el británico Tim Duckworth (936).

En longitud Ureña saltó 7,39 metros, muy lejos de su reciente marca personal (7,73) y retrocedió al quinto puesto. Después enderezó su rumbo haciendo marca personal en peso (14,68), aunque no avanzó en la general.

Por el contrario, sus 2,07 en altura le devolvieron al podio provisional para acabar la primera jornada con 3.443 puntos, a solo tres puntos de su mejor parcial del primer día, por detrás del británico Tim Duckworth (3.533) y del sueco Fredrik Samuelsson (3.475).

Ureña tuvo un comienzo espectacular en la jornada del domingo. Ganó su serie de 60 m vallas con 7.78, récord personal, que le puso líder con 4.481 puntos, seis puntos de ventaja sobre Duckworth a falta de la pértiga y el 1.000.

En pértiga hizo su mejor salto del año, con 5,00, una marca que le permitió mantenerse en cabeza de la general conservando los seis puntos de ventaja sobre Duckworth y 61 sobre el ruso Ilya Shkurenyov, que había avanzado a posiciones de podio como ganador de la pértiga con 5,20.

Le bastaba con un tiempo de 2:41.43 en el mil -su récord es 2:40.06- para no solo colgarse la medalla de oro, sino batir, de paso, su récord de España de hace dos años en Praga (6.249).

Ureña marchó al son que le marcaba el grupo delantero y sólo apareció en la última vuelta para hacerse también con una gran victoria parcial en la última carrera con una marca de 2:44.27, insuficiente, no obstante, para batir su récord de España.

Minutos después de finalizar la prueba y asegurarse el oro, el decatleta de Onil aseguró que «había que ir con la calculadora» en la última prueba de los 1.000 metros, pero que «al final» había salido «a disfrutar».

«Había que ir un poco con la calculadora, pero al final he salido a disfrutar, a ganar el campeonato. El récord de España, para la próxima», comentó un emocionado Ureña ante los micrófonos de RTVE después de ganar esa carrera de 1.000 metros.

«Me he visto con fuerza. Quería ganar la prueba y, al final, mira...», bromeó el heptatleta alicantino. «Me he pegado una tarde muy mala, no he podido dormir la siesta, estaba nervioso... Necesitaba soltarlo y que pasara lo que tenía que pasar», añadió.

«Lo tenía ahí, pero no pasa nada. Para el próximo heptatlón ya tengo otro objetivo», señaló respecto a haberse quedado muy cerca del récord nacional. Sin embargo, ya piensa en otras metas para primavera-verano. «Esa es la idea, entrenamos todo el año de cara al aire libre y a ver si este año sale una buena marca», concluyó, el colivenc, que se fundió en un emotivo abrazo con su padre y entrenador tras consumar la gesta del oro en Glasgow y subir un peldaño más alto con respecto a la plata de Belgrado.