Ya sea por una mera cuestión de confianza o por el lastre económico que acarrea un contrato de dos años, Vicente Mir ha vuelto a ser ratificado como entrenador del Alcoyano consumada la enésima decepción en El Collao frente al Ebro (0-1) y pese al patente divorcio con un amplio sector de la afición que reiteró el pasado domingo el mensaje de cambio en el banquillo. Para colmo, Mir perdió los nervios en la rueda de prensa posterior al duelo con el conjunto aragonés concluyendo su intervención con un puñetazo sobre la mesa y un sonoro portazo.

Con estos antecedentes, urge hallar un punto de calma de cara a la final en que se ha convertido el partido del próximo domingo en el campo Pinilla contra un rival directo como es el Teruel. «Tengo previsto hablar con el entrenador y con los jugadores porque todos tenemos que aportar más para que esto cambie», indicó el gerente y portavoz del área deportiva Fernando Ovidio que insistió con que «Mir va a continuar porque no es el único culpable, aunque supongo que no estará cómodo con la situación. Vamos a ver, pero los jugadores también tendrán algo que decir y habrá que preguntarles».

Por la experiencia que atesora en el grupo III de Segunda B, Ovidio aventuró que «somos seis o siete los equipos implicados en el descenso y vamos a sufrir hasta el final. Nos quedan trece finales y la primera es el domingo en Teruel», sentenció.