El serbio Novak Djokovic está convencido de que la final del domingo (09.30. Eurosport1) del Abierto de Australia contra el español Rafael Nadal será apasionante y por eso, tras demoler al francés Loucas Pouille en semifinales cediendo únicamente cuatro juegos, recomendó al público que sacasen entradas para el último partido del torneo.

«Los partidos contra Rafa son una experiencia única. Hay que comprar una entrada para ver esta final», dijo Djokovic sobre el 53 enfrentamiento entre el serbio y el español, y el octavo en una final del Grand Slam. «Este año con el súperdesempate no creo que estemos cinco horas como en 2012. Espero ganar», avisó.

«Hace un año me parecía poco probable volver a la final pero siempre creí en mis posibilidades de poder jugar a este nivel», comentó al referirse a sus problemas con el codo, que ya parecen olvidados. «Este ha sido, casi con seguridad uno de los mejores partidos que he jugado. Todo ha funcionado y ha salido como había imaginado, incluso mejor», dijo sobre la semifinal.

«Es un tenista que tiene el potencial para estar entre los diez primeros desde el momento que está en las semifinales de un Grand Slam. Le deseo lo mejor para lo que resta de temporada», observó sobre Pouille.

Los dos jugadores llegarán frescos a la pelea por el título, que para el balear podría ser el segundo en Australia y para el serbio, el séptimo y récord, después de apenas pasar problemas en la penúltima ronda ante sus respectivos rivales. En este sentido, Djokovic, que se benefició de la retirada en cuartos del japonés Kei Nishikori, no estuvo ni hora y media para deshacerse de un Pouille al que pareció pesarle el tamaño de la cita y de su oponente, al que nunca pudo dominar.

En apenas 23 minutos, el número uno del mundo ya había finiquitado con un 'rosco' la primera manga, y a partir de ahí, el francés, en su primera semifinal de 'Grand Slam', no pudo reaccionar ante la solidez de 'Nole', que sólo cometió cinco errores no forzados, por 27 de su rival, y que no concedió ni una sola bola de 'break', perdiendo únicamente ocho puntos con el saque.

El hexacampeón rompió de nuevo pronto y cerró sin problemas el segundo set, y en el tercero aprovechó su primera oportunidad para lograr un nuevo quiebre y sentenciar por la vía rápida. La gran final, mañana.