El ciclocross español lleva ya el nombre de Felipe Orts. Su palmarés comienza a tomar forma y esta modalidad ciclista pasa de ser dominada por corredores vascos o del norte de España a ser controlada de forma abrumadora por un alicantino llamado Felipe y apellidado Orts que aprovecha la arena de la playa de La Vila para entrenar bajo la mirada de su técnico Jordi Reñé y amparado en un equipo de la provincia que bajo el paraguas de la Fundación Benicadell ha apostado por él desde que vio que su potencial no parecía tener fin. El subcampeonato del mundo sub 23 en Bieles (Luxemburgo), que sólo, a nivel español, Basualdo lo había logrado en 1970 en categoría amateur, daba claras muestras de que estaba llamado a ser un grande dentro de este deporte que combina el barro, la fuerza y la inteligencia.

Ayer dio un nuevo paso en su carrera profesional. El corredor de La Vila se proclamó en Pontevedra campeón de España y, de esta manera, destronó al cántabro Ismael Esteban que había ganado el título en las dos últimas ediciones. El vasco Javier Ruiz de Larrinaga fue tercero y acompañó a los dos ciclistas del equipo alcoyano Delikia-Ginestar en el podio. Este sólo es el comienzo de la era Orts ya que esta temporada ya se ha adjudicado la Copa de España y se ha codeado con los mejores en la Copa del Mundo. «Un sueño hecho realidad y ya puedo lucir el maillot rojigualdo toda la temporada que viene». Así resumió el alicantino su primer título de campeón nacional en la categoría élite después de que la temporada pasada en su debut fuera segundo. Orts se impuso en el circuito de la Illa das Esculturas, cuyo recorrido constaba de 3,5 kilómetros y un perfil llano, parando el crono en los 58:40 minutos. Atacó desde el inicio y fue abriendo hueco con relación a sus perseguidores. Ya en la segunda vuelta llevaba 15 segundos de ventaja sobre Ismael Esteban y Javier Ruiz De Larrinaga Ibáñez. En la siguiente, en la 3, era Larrinaga quien se quedaba descolgado a 15 segundos de Esteban. La distancia fue aumentado y nadie pudo pararlo.

Tras bajar del podio, Felipe Orts era el hombre más feliz del mundo y declaraba: «Sabía que tenía un punto más que el resto, así que he intentado poner de salida una marcha que no pudieran seguir mis rivales. He visto que he hecho hueco en el primer giro y luego me he centrado en no cometer fallos y mantener un buen ritmo que me permitiera aumentar en cada paso por meta mi ventaja. Llevaba una temporada muy buena y estoy muy feliz de haber podido hacer la carrera que quería».