El futbolista británico Wayne Rooney fue detenido en el aeropuerto de Washington el pasado 16 de diciembre con síntomas de embriaguez por insultos a los agentes de seguridad de la terminal, según han publicado este domingo varios medios de comunicación de Estados Unidos.

A Rooney se le imputó un cargo de intoxicación pública, se le impuso una pequeña multa por los disturbios causados y tuvo que ver posar para ser fotografiado para la ficha policial.

El jugador, que actualmente milita en el DC United de la MLS estadounidense, había recogido un premio el día anterior, 15 de diciembre, en Arabia Saudí, con motivo del Gran Premio de Riad de Fórmula E, y tres días después de su detención se encontraba en Inglaterra en su descanso de Navidad.

Precisamente durante ese descanso, Rooney vivió otra anécdota con trabajadores de seguridad. Ocurrió el 27 del pasado mes, cuando fue cacheado a la entrada de Old Trafford, adónde había acudido para presenciar un partido de su exequipo, el Manchester United, club con el que jugó 13 temporadas. Rooney accedió al campo como uno aficionado más y ni su nombre ni su popularidad le salvaron de pasar por el control en el estadio.

Rooney ya fue detenido en 2017 en Reino Unido tras dar positivo por alcohol en un control de tráfico. El delantero conducía con una gran tasa de alcohol de 104 microgramos cuando la tasa máxima en el país es de 35.