La numerosa colonia argentina residente en Alicante también se prepara y moviliza para vivir «la final del siglo» de mañana (20.30, #Vamos) entre River Plate y Boca Juniors por el título de la Copa Libertadores. La pasión por el duelo entre «xeneizes», que son clara mayoría en la provincia, y «millonarios» es la misma que en Buenos Aires, pero aquí no hay «barras bravas» ni violencia y priman la deportividad y el juego limpio dentro de una rivalidad a ultranza pero bien entendida. Casi por unanimidad, los hinchas de uno y otro equipo afincados en la Costa Blanca coinciden al calificar de «vergonzosos» los incidentes que obligaron a suspender el partido del Monumental de River y sostienen que son un fiel reflejo de la crisis social y de identidad que atenaza al país andino.

La Asociación Argentina Paisanos Alicantinos, con sede en San Vicente del Raspeig y más de 300 miembros, cifra en unos 15.100 los argentinos con residencia en la provincia, la mitad de los cuales viven en la ciudad de Alicante.

De momento esta asociación ya ha completado un autobús para viajar a Madrid y confía en llenar al menos otro. «Vamos todos con nuestras entradas y muchos en familia», explica Marcela Rodríguez, presidenta de la asociación. «Aquí la pasión se vive de otra forma y se descartan los incidentes; no existe el poder del grupo como pasa allí».

Contrariada por la suspensión y el aplazamiento de la que está siendo la final más larga de la historia, Marcela considera «injusto e ilógico» su traslado a Madrid, «pero entendible por todo lo que pasó en Buenos Aires». A su juicio, es una medida «drástica, pero disciplinaria y ejemplificante para que no se repitan esos altercados». Y también cree preferible que se juegue en Madrid, «antes de que la hubieran llevado a Catar o a Inglaterra».

Sólo hay constancia de una peña de Boca Juniors en la provincia, Los Xeneizes de Alicante, que llevan unos cuatro meses de gestación en la Marina Alta y quieren establecerse con sede propia en Dénia o Xàbia. También han fletado un autobús para viajar mañana a Madrid al partido. «Es una vergüenza que lo que tenía que ser una fiesta acabe de esta manera porque no sabemos cuándo se repetirá una final de la Libertadores entre Boca y River», apunta Delmiro Bustamante, miembro de la peña. «El fútbol argentino se ha convertido en una mafia de la mano de la AFA y es un reflejo también de la mala situación que atraviesa el país», añade Bustamante.

La rivalidad entre «xeneizes» y «millonarios» ha cruzado el charco hasta la Costa Blanca, pero la concordia prevalece entre amigos de uno y otro bando, como Hugo y Emiliano, que quedan con frecuencia para ver juntos los partidos de la selección albiceleste y el superclásico de Buenos Aires. «Los incidentes demuestran que Argentina no está en vías de desarrollo, sino que es un país subdesarrollado», afirma el primero, hincha de Boca, mientras que Emiliano, profesor cualificado de tenis y seguidor de River, critica el dispositivo policial previo a los disturbios del partido suspendido el pasado 24 de noviembre en la capital argentina.