n En el mejor partido como barcelonista de Dembélé, el Barcelona resolvió con problemas su enfrentamiento ante el Villarreal (2-0), con goles de Gerard Piqué y de Carles Aleñá, que de esta manera estrenó su cuenta con el primer equipo azulgrana en Liga.

No fue un partido fácil para unos culés que regresan al liderato tras el empate del Sevilla en Vitoria. Los de Valverde necesitaban ganar después de que en los dos partidos anteriores (Betis y Atlético de Madrid) solo hubieran sumado uno de los seis puntos en juego.

Y le costó mucho al Barça. No es un secreto que le falta velocidad de balón, pero también confianza en su juego. Los rivales, con muy poco, llegan sobre la meta de Ter Stegen y la fluidez ya no es la seña de identidad de los azulgranas.

No concedió mucho en defensa, pero si Gerard Moreno hubiera acertado en la única ocasión que tuvo (min.13), los amarillos se hubieran adelantado en el marcador, pero el remate del delantero catalán, después de aprovechar las dudas de Lenglet y de ter Stegen, dio en un palo de la meta local. Con Leo Messi de falso nueve, Dembélé vio que por la derecha, con la ayuda de Semedo, podía llegar el desequilibrio y llegó. En el primer tiempo, al margen del francés, volvió a lucir Messi, que tuvo un par de acciones, sobre todo una en el minuto 39 que pudo ampliar la ventaja en el marcador. En el último cuarto de hora, los azulgranas estuvieron mejor. Dembélé, después de una gran jugada colectiva, pudo inaugurar el marcador, pero un defensa sacó el balón en el área pequeña. En la siguiente acción, sin embargo, un centro muy tenso del francés fue rematado por Piqué para adelantar a su equipo (min. 36).

Los amarillos, mientras tanto, lo confiaron todo a acciones de desborde de Chukweueze, alguna aproximación de Pedraza y de Fornals por la izquierda y a la lucha de Gerard Moreno. Visto que el Barça no estaba fino, el Villarreal decidió adelantar sus líneas unos cuantos metros y los de Javi Calleja tuvieron el control de la situación en el primer cuarto de hora del segundo tiempo, aunque sin ocasiones.

A diez minutos para la conclusión, los dos técnicos buscaron piernas frescas en ataque, con Ekambi y Malcom por Gerard Moreno y Coutinho, respectivamente, y salió ganando el Barça, que tuvo más el balón y buscó el desequilibrio de Dembélé, que fue el único que ofrecía soluciones a la ofensiva azulgrana.

Pero al final, quien decidió fue Messi, en la única acción de mérito que hizo tras el descanso. Le dio un pase maravilloso a Aleñá y éste eligió el mejor momento para marcar su primer gol en Liga y matar el partido después de batir a Asenjo con un toque sutil.