n El tenista alicantino David Ferrer cerró ayer a lo grande su última temporada completa al derrotar (6-3, 6-4) al croata Ivo Karlovic y adjudicarse el Challenger de Monterrey, al norte de México, en las vísperas de su retiro profesional en 2019. Ferrer, que en 2013 llegó a ser la tercera raqueta del mundo y ahora ocupa el lugar 147 del ránking mundial, reiteró en tierras mexicanas que su despedida no tiene marcha atrás, pese a este nuevo éxito en su carrera.

«Mi decisión es ciento diez por cien definitiva que me retiro, en cada partido trato de dar el máximo, de hecho, lo más bonito de mi carrera es ser lo más profesional posible, me gusta jugar al tenis y mi trabajo, pero sé cuáles son mis nuevas ilusiones y claro que no pasan por el tenis, porque sé que a mis 36 años ya no volveré a ser lo que fui», señaló «Ferru» en la rueda de prensa posterior al partido frente a Karlovic.

«He vivido momentos increíbles en México y agradezco el apoyo de la gente en esta semana; el año que viene voy a terminar mi carrera y no sé si voy a volver, pero Monterrey está en mi recuerdo», destacó Ferrer, que dejó entrever que en marzo próximo jugará en Acapulco antes de su retiro, el próximo año en el Conde de Godó de Barcelona, en abril, y el Máster 1.000 de Madrid, en mayo.

El tenista alicantino es recordado y muy querido en México por sus cuatro triunfos en el Abierto de Acapulco, un torneo 500 de la ATP, en los años 2010, 2011, 2012 y 2015.

«Recordaré este torneo con mucho cariño porque encima ha sido en México, donde la gente me ha tratado fenomenal y ha generado buenas emociones en mí; ojalá pueda ganar otro título, pero éste sin duda lo guardaré con mucho cariño» afirmó el de Xàbia para concluir su estancia en Monterrey.

Como gesto de agradecimiento a los organizadores, el tenista alicantino le regaló al director del torneo, Hernán Garza, la raqueta con la que ganó su punto de campeonato.

En cuanto a su victoria en la final de Monterrey, Ferrer superó al «gigante» Karlovic con el arma más poderosa del rival, el servicio. Mantuvo su saque y rompió el de su contrincante una vez en cada set para salir adelante en las dos primeras mangas.

Rápido, con un resto solvente y un revés a dos manos fino como en sus años mozos, Ferrer demostró que a los 36 años mantiene intacta su capacidad para pelear cada pelota.

En el primer set hizo una gran devolución en la red en el arranque del sexto juego para quebrar el servicio de Karlovic, lo que celebró como en los partidos de Grand Slam. El resto del primer parcial fue dominado por el alicantino, que aseguró su servicio y ganó por 6-3.

Más rápido rompió el servicio a su oponente en el segundo set. En el tercer juego Ferrer salvó una pelota en la red, sacó provecho de una doble falta del croata y tomó ventaja de 2-1, que mantuvo con su buen servicio.

En la manga definitiva, tuvo dificultades con su saque en el inicio de los juegos cuarto, sexto y octavo, pero mantuvo la concentración y el saque. Con el marcador 30-15 en el décimo juego, el español con un saque directo se puso 40-15, después de lo que sólo le quedó asegurar el último punto.